Cómo recuperar el dinero al jubilarse
De hecho, una buena estrategia de desinversión sirve para ajustar el esfuerzo de ahorro e inversión hasta la jubilación. En otras palabras, puede hacer que necesites menos dinero del que piensas para tu retiro.
Además, también puede ayudarte a ahorrar en impuestos, siempre que sepas cómo organizarte.
Dos consejos generales
Antes de entrar en estrategias específicas para recuperar los ahorros de la jubilación, hay dos claves generales que conviene no perder de vista y que te ayudarán a planificar todo el proceso de desinversión.
Todavía tienes mucho tiempo por delante, también para invertir
La edad legal de jubilación en España está fijada en los 66 años y llegará a los 67 años en 2025, mientras que la esperanza de vida media se sitúa en los 82 años y subiendo. Esto deja un margen de 15 años de media, algo que en términos de inversión ya se considera largo plazo.
En definitiva, todavía hay margen para invertir una parte del capital tras jubilarse dentro de la estrategia de desinversión. No en vano, eso es precisamente lo que plantean en mayor o menor medida buena parte de las estrategias que verás a continuación.
Por supuesto, invertir no significa tener una cartera al 100% en renta variable o bolsa ni mantener el mismo perfil de inversor que con 60 años, por ejemplo. El riesgo de tus inversiones debe adaptarse a tu edad, a tus necesidades y a tu aversión al riesgo. En este artículo te explicamos cómo suele ser esa evolución en cada etapa de la vida.
Piensa en la parte fiscal
Recuperar el dinero cuando te jubiles implica pagar impuestos y según cómo lo hagas y con qué producto pagarás más o menos. Incluso la cantidad que recuperes cada año es importante a la hora de pagar impuestos.
La razón es que las tablas de IRPF funcionan de forma progresiva, tanto para las rentas del trabajo (tu pensión y el dinero de los planes de pensiones) como para las rentas del ahorro (tus inversiones).
Tipos de la renta base general | ||
Base imponible | Tipo a aplicar | |
Desde | Hasta | |
0 € | 12.450 € | 19% |
12.450 € | 20.200 € | 24% |
20.200 € | 35.200 € | 30% |
35.200 € | 60.000 € | 37% |
60.000 € | 300.000 € | 45% |
Más de 300.000 € | 47% |
Tipos del ahorro | ||
Ganancias totales | Tipo a aplicar | |
Desde | Hasta | |
0 € | 6.000 € | 19% |
6.000 € | 50.000 € | 21% |
50.000 € | 200.000 € | 23% |
200.000 € | 300.000 € | 27% |
Más de 300.000 € | 28% |
Esto quiere decir que cuanto más dinero recuperes en el mismo ejercicio fiscal, más pagarás en impuestos. La forma más fácil de entenderlo es con las inversiones incluidas en la base del ahorro (Rendimientos del Capital Mobiliario y Guanacias de Patrimonio).
Si recuperas una inversión cuyo rendimiento sea de 5.000 euros, pagarás un 19% por ese rendimiento. Sin embargo, si fueran 10.000 euros, la factura fiscal para los últimos 4.000 euros no será de un 19%, sino de un 21%, tres puntos más.
Y lo mismo ocurre con el dinero de la pensión pública y los planes de pensiones, salvo que aquí se trata de rendimiento del trabajo, encuadrado en la Base General, y tributando a tipos incluso mayores. Hay que tener en cuenta además, que en los rescates de los Planes de Pensiones tributa todo lo dispuesto, no solo el rendimiento.
Por eso mismo es importante hacer cálculos fiscales.
Tal y como desvela este artículo de Value School, existe incluso una renta máxima anual que puedes cobrar sin tener que pagar impuestos, que ronda los 18.000 euros entre la pensión y otro tipo de rendimientos.
Alternativas para recuperar los ahorros de la jubilación
Hay varias estrategias y productos para esta fase de desinversión donde el objetivo es recuperar el dinero.
Estas son cinco de las opciones más habituales con un consejo final si has invertido en un plan de pensiones.
Como ganancia o pérdida: la regla del 4%
Esta estrategia se aplica sobre inversiones que generan ganancias o pérdidas patrimoniales como fondos de inversión o acciones de bolsa. Es un cálculo que sirve para averiguar hasta cuánto durarán tus ahorros en función de cómo los inviertas y de cuánto dinero recuperes cada año. Es lo que en inglés se denomina safe withdrawal rate o tasa de retiro segura.
El nombre de la regla del 4% se debe a que esa era la tasa óptima de retiro cuando se hizo el estudio inicial. Esta investigación se llevó a cabo por primera vez en 1994 por el profesor William Bengen y continuó en 1998 por la Trinity University.
Básicamente, la regla del 4% calcula qué cantidad de dinero puedes retirar cada año según cómo esté invertido (en una cartera de acciones -renta variable- o en una cartera de bonos -renta fija-) y cuánto durará el capital en este caso.
La mejor forma de entender cómo funciona esta estrategia es con esta representación gráfica con datos hasta 2018:
Rentas vitalicias: asegúrate sobrevivir a tus ahorros
Si no eres mucho de hacer cálculos, puedes contratar un producto donde los expertos los harán por ti y se asegurarán de que tus ahorros no se agotarán mientras vivas. Es decir, que siempre cobres una renta mensual. El nombre de este producto es suficientemente claro como para hacerse una idea de lo que es: renta vitalicia.
Una renta vitalicia es un contrato de seguros por el que la compañía se compromete a pagar una cantidad al asegurado en base a un capital de partida, mientras éste viva.
Para que lo entiendas mejor, el funcionamiento básico de una renta vitalicia es el siguiente. A través de una cantidad inicial que pones, la compañía calcula mediante técnicas actuariales qué renta periódica puedes percibir a lo largo de toda la vida y garantiza su abono de forma vitalicia. Así de simple.
A partir de ahí el contrato se puede completar con diferentes cláusulas, ya que existen diferentes tipos de renas vitalicia según quieras o no que el capital no consumido llegue a tus herederos o no, por ejemplo. En función de elementos como ese y, por supuesto, tu edad, y el capital inicial, la cantidad a percibir será mayor o menor.
Eso es en esencia una renta vitalicia, que tiene la ventaja de que te asegura cobrar un dinero de por vida y también ciertos beneficios fiscales.
En concreto, buena parte del dinero que recuperes estará exento de tributar en la renta (cuanto más tarde constituyas esa renta vitalicia, mayor será la ventaja fiscal), como muestra la siguiente tabla:
Edad en el momento de la contratación | Renta exenta de impuestos | Renta sujeta a tributación |
A partir de 70 años | 92% | 8% |
Entre 66 y 69 años | 80% | 20% |
Entre 60 y 65 años | 76% | 24% |
Entre 50 y 59 años | 72% | 28% |
Entre 40 y 49 años | 65% | 35% |
Menos de 40 años | 60% | 40% |
En la práctica, esto quiere decir que, si recuperas el dinero de tus fondos de inversión, de un PIAS o de inversiones en acciones o bonos, buena parte de los beneficios que hayas generado no pagarán impuestos si los cobras en forma de renta vitalicia.
Las tablas anteriores no aplican cuando la renta vitalicia se constituye con el dinero acumulado en un Plan de Pensiones o un PPA (Plan de Previsión Asegurado), ya que estos tienen la consideración de Rendimientos del trabajo, y por tanto sin exención.
Dividendos: generar una renta periódica
Otra alternativa para recuperar el dinero o, más bien, asegurarse una renta periódica es la inversión en acciones o bonos y cobrar los dividendos o cupones periódicamente, que es una de las variantes más habituales de la inversión en bolsa o renta fija.
El dividendo es la parte del beneficio de una empresa que reparte entre sus accionistas y hay compañías con una política muy clara al respecto. Por ejemplo, los llamados reyes del dividendo son empresas estadounidenses que han incremento cada año su dividendo durante por lo menos 50 años.
Con esta fórmula te aseguras recibir cada año la renta que generen vía dividendo o cupones las empresas en las que has invertido, sin tener en realidad que vender tus participaciones. Hay incluso fondos de inversión que siguen esta estrategia, los llamados fondos de reparto, que reparten entre los partícipes los dividendos que reparten las acciones que tienen en cartera.
El principal inconveniente de esta fórmula de asegurarte una renta complementaria es que implica ciertos trámites fiscales si los activos son de empresas extranjeras, por la doble imposición y que, si la haces directamente en acciones, requiere conocimientos y tiempo para gestionar la cartera.
Generar rentas inmobiliarias
Otra forma de desinvertir el capital y asegurarte una renta es destinar parte del dinero a la inversión inmobiliaria. La fórmula más habitual sería comprar una casa para alquilar.
Los inconvenientes de esta estrategia son:
- Vas a pagar impuestos al recuperar el dinero y comprar la casa, así como por la renta que percibas.
- Si la haces al jubilarte tendrás que comprar la casa sin hipoteca (normalmente).
- Eso puede suponer un problema de diversificación, ya que normalmente podrás invertir en uno o dos pisos. ¿Qué pasaría si dejan de pagarte el alquiler?
- Al ser una inversión poco líquida (una casa no se vende de un día para otro), puede suponer un hándicap si necesitas por lo que sea más dinero del que te paga el alquiler.
Una alternativa o complemento a esta estrategia o a cualquiera de las que hemos visto antes es invertir en REITs o Socimis, que son sociedades cotizadas especializadas en inversión inmobiliaria y que, por ley, están obligadas a repartir la mayoría de sus ingresos en forma de dividendo.
Si tienes un plan de pensiones, piénsatelo bien
Por último, si tienes un plan de pensiones es importante que estudies bien cómo recuperar el dinero porque la según la fórmula que escojas pagarás más o menos impuestos.
De forma resumida, puedes rescatar el plan en forma de capital (todo de golpe), como renta (poco a poco) o como una mezcla de ambas. Fiscalmente la más beneficiosa suele ser la segunda porque los planes de pensiones tributan como renta del trabajo -se suman a la pensión pública-. Al ser el IRPF un impuesto progresivo, si rescatas todo de golpe, es fácil que termines tributando en la escala más alta.
En este artículo te explicamos cuál es la mejor opción para rescatar el plan de pensiones y cómo funciona su fiscalidad.