Destina siempre una parte de tus ahorros al largo plazo
Un móvil nuevo, cambiar el ordenador, reformar la casa, cambiar de coche, irse de vacaciones, una boda en la familia, la universidad de los niños e incluso la jubilación… Todos tenemos distintos objetivos en la vida y no todos tienen los mismos plazos. Tenemos diferentes objetivos financieros en cada etapa vital.
Buena parte de estas metas financieras estarán enfocadas en el corto o en el medio plazo. Ahí es donde entran el móvil, las vacaciones anuales, ahorrar para la boda o prepararse para el cambio del coche. Se trata de objetivos que esperamos alcanzar en plazos relativamente cortos, desde unos meses para el móvil hasta unos pocos años para la boda o el coche.
De hecho, cada uno de estos objetivos implica usar diferentes productos de inversión y también distintas estrategias de ahorro. Por ejemplo, para tus vacaciones o cambiar el móvil puede ser suficiente con utilizar retos de ahorro para principiantes, como el de las 52 semanas, con el que se ahorra 1.378 euros en un año. También se puede recurrir a algo más sencillo, como reservar la paga extraordinaria para afrontar el gasto vacacional.
Para otras metas, como la boda o el cambio de coche, es posible invertir a corto plazo ese dinero, si eres capaz de planificarte con suficiente tiempo de antelación. Por ejemplo, podrías ahorrar ese dinero en una cuenta remunerada o en un depósito, si cuentas con más de un año de margen. También podrías utilizar fondos de inversión monetarios o de perfil conservador.
Por qué mantener parte del ahorro a largo plazo
Lo más habitual es que tu cabeza se centre en los objetivos a corto y medio plazo. A fin de cuentas, son los más numerosos y también los que ofrecen una gratificación inmediata. ¿Quién no piensa más en sus vacaciones que en planificar la jubilación o ahorrar a largo plazo para comprar una casa?
Por eso mismo es tan importante:
- Detenerse a establecer esos objetivos de largo plazo.
- Asegurarse de que se ahorra una cantidad de dinero para ese largo plazo (para preparar la jubilación, por ejemplo).
Si no lo haces, es muy fácil que el día a día se coma toda tu capacidad de ahorro.
Destinar parte del ahorro al largo plazo y hacerlo cuanto antes te ayuda a:
- Visualizar y ser consciente de esas metas, que normalmente están entre las más importantes, pero no son las más urgentes.
- Reducir el esfuerzo necesario para conseguirlas, ya que tienes más tiempo para ahorrar la cantidad que necesitas para tu jubilación, por ejemplo. Si necesitas acumular 150.000 euros y dispones de 42 años para hacerlo, te bastará con ahorrar 297 euros al mes. Deja pasar 10 años y esa cantidad será de 390 euros mensuales.
- Vivir más tranquilo hoy, porque sabes que estás en el camino de lograr tus objetivos a largo plazo y, al mismo tiempo, que dispones de un colchón de emergencia para los imprevistos del corto plazo.
La diferencia entre apartar o no un porcentaje del ahorro siempre para el largo plazo es enorme.
Cómo conseguirlo
Esta es la teoría, pero ¿cómo se puede llevar a cabo en la práctica? La forma más sencilla es aplicar el método de ahorro que explicamos en este artículo y que consiste en separar esa cantidad a principio de mes mediante una transferencia automática que la envíe a otra cuenta.
Así te aseguras de que ahorras todos los meses. ¿Y si, además, quieres invertir? Para los objetivos a largo plazo la inversión actúa como un acelerador que te ayudará a alcanzarlos antes y con menos esfuerzo.
En este sentido, existen diferentes opciones de ahorro. Un plan de pensiones tiene la ventaja de que no podrás retirar la inversión durante al menos 10 años (salvo circunstancias de fuerza mayor). De esta forma te aseguras de que ese dinero sí sea para el largo plazo. La desventaja es que los planes individuales solo permiten invertir hasta 1.500 euros al año.
Ahí es donde hay que buscar otras opciones para complementar ese ahorro, como pueden ser los PIAS, los seguros Unit Linked y los fondos de inversión, según cuáles sean tus circunstancias, tus preferencias y tu perfil inversor. Lo importante, en cualquier caso, es empezar y ser constante en ese ahorro a largo plazo. Así es como lograrás tener la jubilación con la que sueñas.