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Aprovecha tu casa al jubilarte

Tu casa puede ser solo el lugar donde vives o una herramienta para generar ingresos que te ayuden a complementar la pensión pública.

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¿Sabías que tu vivienda puede ayudarte a tener una jubilación mejor? Tu casa puede ser solo el lugar donde vives o una herramienta para generar ingresos que te ayuden a complementar la pensión pública.

La clave para lograrlo es dejar de ver la vivienda como un lugar lleno de recuerdos, que también lo es, para verla como un activo financiero. Eso te ayudará a descubrir cómo monetizar la vivienda al jubilarte. En otras palabras, usarla como un recurso más para tener el retiro con el que sueñas.

Estas son 4 formas de hacerlo:

Cambia tu casa por la que de verdad necesitas

En España es habitual comprar una casa para la familia y vivir en ella hasta el final, algo muy poco común en otros países como Estados Unidos. La razón es muy simple: La casa que necesitas para una familia de cuatro miembros no es la misma que te conviene cuando estás jubilado con tu pareja.

Esa casa de tres o cuatro habitaciones posiblemente se haya quedado grande, incluso teniendo en cuenta los nietos, y eso no trae más que inconvenientes:

  • Más trabajo de limpieza y mantenimiento.
  • Más espacio para guardar cosas de los hijos y ser el trastero de su juventud.
  • Más dinero gastado en reformas e impuestos.

¿La solución? Adaptar dónde vives a tus nuevas necesidades. Hay varias formas de hacerlo, cada una con sus pros y sus contras:

Alquila tu casa y vete a vivir de alquiler

La primera opción es alquilar esa casa de tres habitaciones para irte a una de dos. Para esta alternativa puedes incluso cambiar de barrio o incluso de ciudad, si quieres vivir una jubilación cerca del mar, por ejemplo.

La clave del cambio es que el alquiler que cobras sea superior al que pagas. Lo más habitual es que sea así porque pones en alquiler una vivienda más grande de la que arrendarás para vivir. Así conseguirás una renta adicional durante tu jubilación y tendrás menos trabajo en mantener la casa.

Vende tu casa

La segunda alternativa es un poco más extrema, según se mire. Consiste en hacer caja con la casa y, a partir de ahí, decidir.

Puedes comprar otra vivienda donde tú quieras, irte a vivir de alquiler, comprar una casa en tu ciudad y otra en la playa e incluso comprar un par de viviendas para alquilar y que te generen rentas.

Las posibilidades con esta opción son enormes. Lo único que debes hacer es asegurarte de que resuelves la cuestión de dónde vivirás y que la operación genera un beneficio. Es decir, que no vas a gastar todo el dinero de la venta.

Alquilar habitaciones en tu casa

Una solución intermedia entre las dos anteriores es alquilar las habitaciones vacías de tu casa.

Esta opción puede ayudarte a ganar un dinero y mantener tu mente en forma si eliges bien a quién alquilar. Puedes, por ejemplo, arrendar las habitaciones a estudiantes, e incluso estudiantes extranjeros, que te ayudarán a mantenerte más joven y abierto.

En realidad, ya puestos a alquilar la vivienda, puedes hacerlo también cuando no la uses en verano o en invierno si eres de los que prefiere pasar temporadas en la costa. Incluso puedes alquilarla para eventos o rodajes.

Hipoteca inversa

Esta es una solución para monetizar la vivienda sin tener que abandonarla. Una hipoteca inversa es como una hipoteca tradicional, pero al revés. Se trata de un préstamo con garantía hipotecaria con el que la entidad financiera te da un dinero por tu casa en condiciones especiales.

¿Y cuáles son estas condiciones?

  • Puedes seguir usando la casa porque, de hecho, es tuya. No hay transmisión de la propiedad.
  • Es un préstamo que no genera cuotas. En otras palabras, no tendrás que pagar ninguna mensualidad para devolver el préstamo. Ojo, eso no quiere decir que no haya que devolver el dinero.
  • Con una hipoteca inversa, el dinero del préstamo más los intereses se pagan al final, al fallecimiento del titular. De hecho, lo más habitual es que sean los herederos quienes deban elegir entre devolver el préstamo para quedarse con la casa o venderla para pagar esa deuda.

La mayoría de hipotecas inversas dejan suficiente margen como para que los herederos tengan opciones llegado el momento de devolver el dinero.

Desde el punto de vista de la jubilación, es una forma en la que la vivienda te puede ayudar a tener mejor jubilación sin perder la propiedad de la misma y pudiendo utilizarla para lo que quieras.

Uno de los premiados de la cuarta edición de los Premios Fundación MAPFRE está precisamente especializado en esta área y en las dos siguientes fórmulas que vas a ver. Se trata de Jubilatucasa.com.

Vender la nuda propiedad de la casa

Una solución similar a la anterior, solo que en este caso sí se puede hablar de dilución patrimonial. Dicho de otra forma, que tu patrimonio mermará porque estás vendiendo una parte del mismo. A tu fallecimiento, la casa pasará a ser del comprador en su totalidad.

La venta de la nuda propiedad supone vender la propiedad de la vivienda y quedarse con el usufructo de la misma, que normalmente será vitalicio. A efectos prácticos esto quiere decir que la casa no será tuya, pero que podrás utilizarla como quieras hasta tu fallecimiento.

Por ejemplo, podrías alquilar la vivienda, si quisieses. Lo que no podrías hacer es venderla, porque la propiedad será de la persona a quien ya se la has vendido.

La venta de la nuda propiedad tiene dos desventajas:

  • No mantienes la propiedad de la vivienda, solo su uso. Esto quiere decir que tus familiares no heredarán la casa.
  • Hay que pagar impuestos por la ganancia patrimonial que obtengas (con una hipoteca inversa no tendrías que hacerlo). En la mayoría de los casos esta desventaja no se aplicaría, pues la ganancia patrimonial como consecuencia de la transmisión de la propiedad de la vivienda habitual está exenta para mayores de 65 años.

Vivienda inversa

Esta opción consiste en vender el pleno dominio de la casa (nuda propiedad más usufructo) y firmar un alquiler vitalicio para poder seguir viviendo en ella. Así consigues un dinero inmediato por la casa y, dependiendo del modelo de contrato, un complemento para tu pensión.

Y es que puedes establecer un precio acorde al valor de mercado del alquiler o un precio más reducido. Eso sí, en este último caso también recibirás normalmente menos dinero por la casa.

Por último, conviene recordar que siempre es posible vender la casa y contratar con el capital obtenido una renta vitalicia, solo que en este caso habría que solventar después el problema de dónde vivir. Con las opciones anteriores, aprovechas la casa como el activo que es para que te ayude a mejorar tu jubilación.