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Estima los gastos extra al jubilarte

Hay una serie de gastos que desaparecerán al jubilarte. Sin embargo, hay otros nuevos que deberás afrontar.

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Uno de los errores más comunes al planificar el retiro es no saber cuánto vas a necesitar al jubilarte. Buena parte del problema viene dado por los gastos que consideramos extraordinarios, pero que en realidad sí se pueden prever.

¿Y cuáles son estos gastos adicionales al jubilarte? Los hay de varias categorías: Por un lado, están los relacionados con tu estilo de vida; por otro, los propios de la familia; y, por último, los que tienen que ver con tu salud.

Gastos adicionales como jubilado según tu estilo de vida

Comer fuera, desplazarte al trabajo, comprarte ropa para trabajar… Hay una serie de gastos que desaparecerán al jubilarte. Sin embargo, hay otros nuevos que deberás afrontar y, si no los piensas detenidamente, es fácil que:

  • Te centres únicamente en ese ahorro que obtienes al dejar de trabajar.

  • Infravalores el coste de los nuevos gastos adicionales como jubilado.

Dejar de trabajar supone un cambio radical en el estilo de vida y en la utilización de tu tiempo. No solo se trata de qué hacer con esas 8-10 horas diarias de las que ahora dispones, sino de toda la libertad y flexibilidad que tendrás al no estar atado a horarios, por ejemplo.

En el primer caso, llenar 8 horas de tu vida con series de televisión puede estar bien cuando necesitas desconectar del trabajo, pero seguro que no es lo que tienes pensado para el resto de tu vida. Lo más habitual es ir rellenando ese tiempo con una mezcla de tareas domésticas (hacer la compra con más tranquilidad o en el mercado, por ejemplo) y actividades de ocio (deporte, paseos, hobbies…).

En el segundo caso, esa libertad puede y suele traducirse en viajes, largos y cortos, nacionales y al extranjero. Quien más y quien menos tiene destinos que lleva tiempo esperando visitar o temporadas en las que prefiere huir del frío de su ciudad para buscar el sol de la costa.

Todos estos son los gastos extra al jubilarte en los que debes pensar y que dependerán de las actividades que realices. No es lo mismo que vayas a empezar a jugar más al golf o quieras dar clases de pádel que dar largos paseos o pasar más tiempo con los nietos.

Cada una de estas actividades tiene un coste adicional que es recomendable anticipar, incluso los nietos, como veremos más adelante.

El mejor ejemplo, sin duda, es el de los viajes, que pueden suponer muchos euros de tu presupuesto, si no los planificas, e incluso haciéndolo.

Y también según tu familia

En términos económicos, volcarse en los hijos es una de las situaciones más habituales a partir de los 50 años, y todavía más, si entran en la ecuación los nietos.

No se trata únicamente de plantearse solucionar las finanzas de los hijos ni pensar en que vas a tener que ayudarles con su economía. Conviene saber cuáles son tus valores personales al respecto, así como qué tipo de abuelo quieres ser.

En otras palabras, saber cómo, en qué y hasta qué punto vas a querer ayudar económicamente a tus hijos, si lo necesitan. Y lo mismo es aplicable a los nietos. ¿Vas a querer llevártelos de vacaciones? ¿Eres aficionado al fútbol y querrás llevarlos al campo? ¿Que se queden a dormir en casa? ¿Comprarles los caprichos que te pidan? Todo esto son gastos añadidos que, de nuevo, conviene tener en mente.

La salud, más importante de lo que la valoramos

Este es, sin duda, el gran caballo de batalla al planificar la jubilación. Es muy habitual pensar y planificar el retiro con la edad de partida: alrededor de los 65 años.

La realidad es que no dejarás de cumplir años por mucho que estés jubilado y tu salud a los 65 años difícilmente será misma que a los 75 años, por ejemplo. No se trata de ser agorero, sino de contar con un plan para afrontar de la mejor forma posible ese declive físico.

Por un lado, están los medicamentos, que en España están financiados en buena medida por la sanidad pública. En el caso de los jubilados, el Estado financia un porcentaje de los medicamentos en función de la renta que se perciba.

Además, en el caso de los medicamentos que hay que tomar de forma permanente, sólo es necesario pagar un 10% de su coste.

Por otro lado, están el resto de cuestiones relacionadas con la salud que no tienen que ver con los médicos. Hablamos de andadores, sillas de ruedas, la necesidad de ayuda en el hogar e incluso de una residencia de día o de forma permanente.

Todos estos son gastos extra que pueden llegar antes o después en función de tu estado de salud, genética y, cómo no, suerte. Sin embargo, es importante tenerlos en mente y reservar una parte del presupuesto para afrontarlos o contar con un plan B, como puede ser usada tu vivienda para costear la jubilación.

Al final, se trata de no perder de vista que la jubilación es una parte del camino, que ese camino cambiará con el tiempo y, con él, tus obligaciones financieras.