Ahorrar al final de mes
¿Cuántas veces has llegado a final de mes con la cuenta a cero? Seguro que muchas, ese es el riesgo de ahorrar al final de mes. En lugar de ahorrar lo que sobra al final de mes, decide cuánto quieres ahorrar y hazlo al principio, nada más cobrar tu salario.
Depender de tu fuerza de voluntad
Ahorrar es cuestión de regularidad y si dependes de tu memoria o fuerza de voluntad, habrá muchos meses que no ahorres. ¿La solución? Crear un sistema que ahorre automáticamente por ti con una transferencia periódica o productos como los PIAS.
Confundir gangas con ahorrar
Aprovechar una oferta nos hace sentir bien, pero no tiene porqué implicar ahorro. Por un lado, ofertas como los 3×2 te harán comprar más y, por otro, ahorro real es lo que llega a tu cuenta de ahorro. El resto es gestionar mejor tu dinero.
Centrarte en el presupuesto y no en tu ahorro
Un presupuesto es una herramienta para tus finanzas, no un objetivo en sí mismo. Llevar un presupuesto al día está bien, pero sólo si te ayuda a ahorrar más y mejor.
Ahorrar sin un objetivo
Ahorrar por ahorrar rara vez funciona. Quienes lo hacen terminan perdiendo el interés o encontrando formas de gastar ese ahorro. Fijarte uno o varios objetivos de ahorro te ayudará a trazar un plan, que es con lo que ahorrarás a corto plazo.
Ahorrar sólo para el corto plazo
Cambiar de móvil una nueva televisión, las vacaciones… Tener objetivos de ahorro a corto plazo está bien. Centrar en ellos todo tu esfuerzo, no tanto. Aprende a combinar esos objetivos con otros a medio plazo (comprar casa) y a largo plazo (vivir tu jubilación dorada).