Los planes de pensiones individuales son una herramienta de ahorro-inversión especialmente concebida para dar respuesta a esa etapa de la vida. El objetivo es generar el ahorro suficiente para completar la pensión pública que recibiremos al jubilarnos y poder vivir un poco más tranquilos.
La filosofía de los planes de pensiones empresariales es la misma, solo que en esta modalidad entran en escena las empresas o instituciones en las que trabaja una persona para facilitar esos ahorros. Estas empresas pueden ser tanto privadas como públicas (organizaciones, instituciones, ayuntamientos, universidades…).
El funcionamiento es el siguiente: a través de pequeñas aportaciones, las empresas tratan de complementar la pensión pública de jubilación que sus trabajadores van a percibir por parte de la Seguridad Social una vez que se retiren.
Pero ¿por qué en los últimos años estos planes han experimentado un auge? Sobre todo, se debe a que las últimas modificaciones establecidas en la Ley de Regulación de los Planes y Fondos de Pensiones reducían la cuantía de las aportaciones a los planes de pensiones individuales a los 1.500€ frente a los 8.000 € anteriores, mientras que en el caso de los Planes Empresariales las aumentaba hasta los 8.500€ como contribuciones del empleador.
Modalidades
Existen tres modalidades de planes de pensiones para empresas:
- Los de aportación definida: la cantidad anual que aportan a este plan de pensiones para empresas, tanto la compañía como el trabajador, ha sido determinada por ambas partes. De este modo, se conoce la aportación, pero no se conocen las prestaciones que se recibirán.
- Los de prestación definida: la prestación a cobrar por parte del beneficiario del plan se acuerda de antemano. El trabajador y la empresa determinan el importe a cobrar y, en base a esta cifra, variarán las aportaciones anuales, que pueden ser una cifra absoluta o, también, guardar relación con aspectos como el salario o la antigüedad en la empresa.
- Los mixtos: alterna los dos casos anteriores, es decir, están definidas tanto las aportaciones como las prestaciones del plan de pensiones de empresas.
Ventajas fiscales
Los planes de pensiones para empresas, al igual que muchos otros planes de pensiones, se encuentran adscritos a un fondo de pensiones, desde el que se canalizan las inversiones a realizar. La gestión de este fondo de pensiones, por su parte, la lleva a cabo una entidad gestora, siempre bajo la supervisión de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (dependiente del Ministerio de Economía).
Al igual que en los planes individuales, los planes de pensiones de empleo disfrutan de importantes ventajas fiscales. Todo el importe que se aporte -que podrá ser mayor en estos planes que en los individuales-, reduce el IRPF a pagar por el empleado. Por otra parte, las aportaciones a planes de pensiones se podrán deducir de la Base Imponible del Impuesto de Sociedades que han de pagar las empresas. Otra de las ventajas es que reduce la base imponible durante la vida laboral y lo traslada a la jubilación, cuando el tipo es más bajo.