Continente
Los daños provocados al continente de una vivienda son aquellos que afectan a la infraestructura del edificio, esenciales para que sea habitable. En este sentido se puede hablar de las paredes y el suelo, así como de las instalaciones de suministro como la electricidad, el agua o el gas.
Pongamos un ejemplo de daño estético referido al continente: imaginemos que se ha producido una fuga de agua al haberse roto una tubería de la cocina. En este caso, el daño directo sería el ocasionado por la acción del agua y el derivado del agujero que tenga que hacerse en la pared para llegar a reparar la rotura; los daños estéticos serían los necesarios para que la pared en la que se ha intervenido vuelva a tener su apariencia original. Contar con una cobertura de daños estéticos garantiza que, por ejemplo, el seguro se encargue de que, por ejemplo, los azulejos o la pintura utilizados en la reparación de la pared sean exactamente los mismos que los originales.
Contenido
Muchas aseguradoras también consideran como daños estéticos la reparación del contenido afectado estéticamente por un siniestro. Por ejemplo, imaginemos que se ha producido un fuego como consecuencia de un cortocircuito y que esta circunstancia ha afectado a algunos muebles de la cocina. En este caso, la cobertura de daños estéticos al contenido haría que la compañía cambiara los muebles afectados por otros exactamente iguales; pero ¿qué ocurriría si esos muebles ya no se pudieran encontrar en el mercado? Para asegurar la uniformidad de la estancia, el seguro cambiaría todos los muebles de manera que todos tuvieran el mismo color y características.
Contratación adicional
Es importante saber que, por norma general, los daños estéticos no suelen ser una garantía básica de los seguros de Hogar. Es decir, es preciso contratarla de forma específica para garantizar la estética de toda la vivienda en caso de ocurrir cualquier siniestro. Además, suele ser necesario que el siniestro que ha ocasionado los desperfectos estéticos esté cubierto por la póliza.
Por otra parte, aunque haya diferencias entre unas aseguradoras y otras, lo más habitual es que el usuario pueda elegir entre efectuar la reparación y solicitar una indemnización o pedir que la compañía se encargue directamente de la restauración. Conviene saber que los trabajos para restablecer la estética anterior suelen contar con un límite de capital máximo, que siempre se especifica en las condiciones particulares de la póliza.