Coberturas muy amplias
Para protegerlo existen los seguros específicos destinados al sector del arte y del coleccionismo. Su finalidad es la de compensar el daño producido, bien reparando la obra o indemnizando la pérdida. Estos seguros cuentan con coberturas muy amplias y pueden asegurar tanto el patrimonio de un coleccionista privado como los daños que pueden sufrir las obras de arte cuando se trasladan de un lugar a otro para formar parte de alguna exposición. En este último caso, se emplea la fórmula conocida como “clavo a clavo”, lo que quiere decir que, a la modalidad todo riesgo de daño materiales que suele cubrir este tipo de seguro, se añade el riesgo de cualquier accidente que pueda suceder durante el transporte desde el lugar de origen de la obra hasta su destino (galería, museo, etc.), así como a su regreso. No hay que olvidar que la mayor proporción de robos de obras de arte se producen durante su traslado.
Obras de arte en el hogar
En cuanto a un coleccionista que posea obras de arte en su hogar para su propio disfrute, ¿cubriría un seguro de hogar este tipo de patrimonio? Es importante saber que, dentro de los límites de valoración, algunos seguros multirriesgo cubren el incendio o los daños por agua que pueda sufrir una pieza; otros no cubren este tipo de años, pero sí ofrecen coberturas específicas para obras de arte (accidentes, daños por mascotas, humedades…). Se recomienda que cualquier persona, empresa o institución que posea obras con un valor superior a los 25.000 euros asegure este patrimonio con un seguro específico de arte a todo riesgo.
Tasación
Para poder contratar un seguro de arte, la obra ha de ser tasada. Esta labor la realizan los expertos de la aseguradora, quienes también determinarán cuál será la indemnización y prima a pagar en caso de siniestro. El valor de la tasación se suele fijar dependiendo de la antigüedad de la obra, de la técnica, autor y su precio de mercado. Es frecuente que para asegurar una obra relevante o, incluso, una colección, la aseguradora pueda llegar a establecer dónde se va a exhibir la obra de arte, así como supervisar que existen determinadas condiciones de seguridad como un sistema de alarma, puerta blindada, rejas en las ventanas, extintores contra incendios…
Como curiosidad, una excepción a las amplias coberturas de estos seguros se refiere a los daños debidos por la evolución de los componentes químicos de la obra. Esto sucede especialmente en el arte contemporáneo, ya que a menudo se experimenta con viejos y nuevos materiales de composiciones muy distintas entre sí que pueden presentar, a lo largo del tiempo, reacciones químicas y físicas inesperadas.