Son gastos habituales como el café de medio día o los aperitivos de media tarde. Por separado no suponen un enorme dispendio, pero si te paras a pensar cuánto destinas al mes, la cifra puede llegar a sorprenderte. De hecho, el café es uno de los más habituales y por eso existe un término denominado factor latte, que ilustra lo que puedes conseguir a largo plazo eliminando ese café de las doce.
Cada persona tiene sus propios gastos hormiga, también conocidos como gastos vampiro, pero de media pueden suponer cerca de 150 euros al mes una vez sumas todos.
¿Cómo acabar con estos gastos invisibles? La fórmula para eliminar los gastos hormiga es muy simple: hacer un seguimiento de tus gastos durante un mes, por ejemplo. En otras palabras, crear un presupuesto detallado que te ayude a saber cómo, cuándo y dónde gastas tu dinero.
Si no quieres llegar a ese punto, pero quieres reducir tus gastos hormiga, hemos identificado los más importantes:
Alimentación
Comer fuera es uno de los principales gastos hormiga en que no reparamos por comodidad. La diferencia entre hacer tu comida o comer fuera a diario puede ser casi del doble. En otras palabras, puedes ahorrar el 50% de lo que gastas si haces la comida en casa y llevas el tupper a la oficina, o evitas pedir a domicilio.
El ahorro es todavía mayor si en lugar de bajar al bar a por el café o cogerlo de la máquina, te lo llevas de casa. Eso sí, este puede ser un gasto que no quieras quitarte por su componente social que sí te aporta valor añadido.
Productos de marca
¿Cuántos productos de marca que compras marcan realmente la diferencia para ti? Posiblemente menos de los que piensas. Muchas marcas genéricas o marcas blancas tienen una calidad similar, si no idéntica, al producto de marca, tanto en el supermercado como en ropa y calzado, por ejemplo.
La forma de poner en orden este gasto hormiga es sencilla: compra el producto de marca cuando te guste de verdad, te aporte valor y lo aprecies. En el resto de los casos, selecciona la marca blanca.
Al final, solo tienes que aplicar los principios del gasto consciente para tomar la decisión.
Plataformas de streaming y entretenimiento
Los servicios de suscripción están a la orden del día y uno de sus mayores exponentes son las plataformas de streaming de contenidos. Como su precio no suele ser elevado, es fácil mantener varias simplemente para tener mayor variedad de elección, o porque directamente no reparamos en ellas.
La pregunta que debes hacerte es cuántas utilizas realmente y con qué frecuencia. Lo más habitual es que puedas prescindir de varias que se solapan y así ahorrar. Y si no lo tienes claro, siempre puedes probar a eliminar la suscripción y ver cuánto la has echado de menos. Es fácil que no sea tanto como pensabas, y así habrás eliminado otro gasto hormiga más de tu vida.
Transporte
Más que de un gasto hormiga, podríamos hablar de una elección personal de movilidad. Hoy en día existen multitud de alternativas al coche más económicas, así como formas de ahorrar con tu vehículo.
Lo que sí se puede catalogar como gasto hormiga es el taxi o VTC (Uber, Cabify, Bolt, …) que coges, porque llegas tarde al trabajo o porque simplemente te da pereza ir en transporte público.
Comisiones
Las comisiones bancarias y financieras son uno de los gastos invisibles más comunes. Es el típico gasto que no te aporta nada y que socava tu capacidad financiera.
Aquí entran clásicos como las comisiones de mantenimiento de la cuenta corriente cuando existen opciones a coste cero, los gastos de emisión de la tarjeta de crédito, los pagos mínimos de la tarjeta revolving, intereses por descubierto en la cuenta, comisiones por las inversiones que realizas…
Cada comisión o gasto no supondrá más de 30 euros en el peor de los casos, pero sumados pueden suponer una cantidad significativa.
Caprichos, vicios y compras compulsivas
Son el gasto hormiga más complicado de eliminar y también uno de los más abultados. Aquí entran todo tipo de caprichos, desde los bollos del desayuno hasta lo que compras en el supermercado que no tenías previsto, pero te apetecía, o ese gadget que has visto en Internet y que quieres ya mismo.
También suman vicios varios como fumar o el alcohol y, por supuesto, las compras compulsivas.
Una buena forma de abordarlos todos es retrasar al máximo el impulso de compra del momento en el que tomas la decisión. Puedes hacerlo esperando 5 días para hacer cualquier gasto que no tenías pendiente, u obligándote a buscar siempre una alternativa más barata, por ejemplo.
Cazar gangas
Como asegura Luis Pita, autor de Ten peor Coche que tu Vecino, cazar gangas no es ahorrar y, de hecho, es uno de los principales errores con el dinero.
Y es que, por mucho que compres algo más barato, si no entraba en tu presupuesto y no lo necesitas, no es ahorrar. Es un gasto hormiga.
Servicios del hogar
El último bastión de los gastos hormiga son los servicios y suministros del hogar. Es muy fácil estar gastando más de la cuenta en electricidad y energía y, sobre todo, en telecomunicaciones.
Es muy habitual tener servicios añadidos a la factura de internet y teléfono o, simplemente, un servicio superior al que necesitas o con una tarifa desactualizada. Revisar este tipo de gastos periódicamente es la mejor forma de acabar con este gasto vampiro.
De hecho, la forma de terminar con los gastos hormiga es pararte a pensar en ellos y actuar con los que no estés a gusto.