Echar una ojeada al pasado puede inspirarnos para encontrar fórmulas de futuro. Un buen ejemplo de ello son las llamadas “tontinas”, un instrumento financiero nacido en el siglo XVII en el que muchos ven la semilla de los actuales planes de pensiones y cuya esencia podría servir para rediseñar este tipo de productos.
Más vives, más cobras
Un poco de historia: Lorenzo de Tonti era un banquero italiano que, después de participar en una revuelta contra España, huyó a Francia en busca de asilo político. Por aquel entonces, las arcas de Luis XIV estaban prácticamente vacías debido a la guerra de los 30 años. Así que en 1653 Tonti sugirió una original fórmula de ahorro: un grupo de personas realizaba una serie de aportaciones monetarias a un fondo. Este fondo podía invertirse de manera que los participantes recibieran sus correspondientes beneficios o intereses. Si alguno de los integrantes fallecía, su aportación se repartía entre el resto de los supervivientes. Y así, sucesivamente. El que más vivía, más cobraba. Habían nacido las tontinas.
Morir de éxito
Al principio, la propuesta original de Tonti no tuvo demasiado éxito en Francia. Es más, el banquero italiano cayó en desgracia -no se sabe por qué-, fue encarcelado en La Bastilla y murió guillotinado en 1684. Sin embargo, ahí estaban los Países Bajos -cuna de grandes financieros- para tomar nota de la idea de Tonti y popularizarla. Sin embargo, las grandes sumas de dinero que alcanzaron las tontinas contribuyeron a desvirtuar la idea original: se consultaba a médicos en busca de familias con un historial de longevidad para elegir a miembros de la tontina; en muchas de ellas apareció la corrupción, la especulación o, incluso, el asesinato entre miembros para “acelerar” el cobro del fondo.
El origen de Wall Street
Al final, las tontinas se prohibieron en 1906. Pero gracias a ellas se crearon los primeros registros sobre mortalidad ya que el funcionamiento de este sistema exigía dejar bien documentado quién era el fallecido. Las tontinas financiaron guerras, pero también contribuyeron a construir ciudades y locales emblemáticos: en 1794 la Tontine Coffee House, se convirtió en un punto de encuentro de agentes de seguros, corredores de bolsa, políticos, etc… y fue el germen de la actual Bolsa de Nueva York.
Como ves, Tonti fue un adelantado a su tiempo. De hecho, hay expertos que no descartan que esta fórmula pueda retomarse para ser adaptada a nuestro tiempo. Lo que tenemos claro es que tanto ahora como en el siglo XVII ¡resistir es ganar!