Planes de pensiones: qué son y cómo pueden ayudarte
Piensa en un producto de inversión para tu jubilación. Seguro que los planes de pensiones están entre las primeras opciones que te vienen a la cabeza, y no es casualidad.
Durante años han sido la herramienta estrella para planificar la jubilación y el retiro. ¿Quieres saber por qué? Eso es precisamente lo que vamos a ver en este artículo, en el que te contaremos qué es un plan de pensiones, cómo funciona realmente y cuáles son sus ventajas y desventajas. Así podrás decidir si encaja o no dentro de tu estrategia, o cómo puede completar tus inversiones.
¿Qué es un plan de pensiones?
Un plan de pensiones es un vehículo de inversión a largo plazo, ideado inicialmente para la jubilación. Esta es una de las principales características de este producto, pero no la única.
Otra de las cuestiones que define a los planes de pensiones es que no inviertes solo. Un plan es un producto de previsión e inversión colectiva que reúne el dinero de muchas personas para invertirlo y obtener así ciertas ventajas, como acceso a gestores profesionales o menores costes de inversión.
Desde un punto de vista técnico, el plan de pensiones es la carcasa de un fondo de pensiones, como su envoltorio. Y es que al final, el plan invierte tu dinero en el fondo de pensiones, que es quien destina el capital a una cesta de activos bien diversificada.
Tipos de planes de pensiones
Hay varios tipos de planes de pensiones y formas de clasificarlos. Se pueden identificar en función de dónde invierte el plan, de quien lo ha creado y para quien, y de cómo se organizan las aportaciones y sus posteriores prestaciones (rescate del plan).
La primera distinción es la más típica y es donde encontramos planes de renta variable, renta variable mixta, renta fija mixta, renta fija a largo plazo, renta fija a corto plazo, y los famosos planes garantizados.
Renta Variable | El 75% de la inversión está en renta variable |
Renta Variable Mixta | Entre el 30% y el 75% de la inversión está en renta variable |
Renta Fija Mixta | La inversión en renta variable no podrá superar el 30% |
Renta Fija a Largo Plazo | No invierten en renta variable ni derivados cuyo subyacente no sea renta fija. La duración de la cartera será superior a dos años |
Renta Fija a Corto Plazo | No invierten en renta variable ni derivados cuyo subyacente no sea renta fija. La duración de la cartera será inferior a dos años |
Garantizados | Existe una garantía externa de un rendimiento y el dinero invertido está garantizado |
Por tipo de aportaciones se puede diferenciar entre los planes de aportación definida y los de prestación definida.
Los primeros establecen una aportación o inversión periódica sin asegurar el capital al rescate del plan. Mientras que los segundos garantizan el dinero que vas a recuperar más una revalorización. También existe una modalidad mixta.
Por último, también se puede diferenciar el plan de pensiones según quien lo promueve. En otras palabras, quien lo crea y a quien va dirigido. Esta es quizás la división que más sentido tiene como punto de partida. Ahí es donde se diferencia entre:
- Planes de pensiones individuales, que es lo que todo el mundo entiende por un plan de pensiones. Son los que puedes contratar libremente a título individual en cualquier entidad financiera.
- Planes de pensiones de empleo, que son los creados o promovidos por las empresas para sus empleados. Estos Planes sólo están disponibles para los trabajadores de la empresa, y normalmente es ésta quien realiza las aportaciones al plan, que tributarán como rendimiento del trabajo para los empleados. En muchas ocasiones, los empleados también realizan aportaciones individuales que se complementan con las realizadas por la empresa.
- Planes de pensiones asociados, que son los promovidos por sindicatos y asociaciones para sus miembros.
Cómo funciona un plan de pensiones
El funcionamiento de un plan de pensiones es bastante sencillo. Lo primero que necesitas para entenderlo bien es conocer las figuras que intervienen en él:
- La persona que invierte en el plan, que es el partícipe.
- El promotor del plan, que es quien crea el plan para comercializarlo.
- La gestora, que es la encargada de invertir el dinero a través del fondo de pensiones.
- La persona que recibirá el dinero, que es el beneficiario. Normalmente este beneficiario serás tú, pero se pueden crear planes a nombre de otras personas y siempre podrás designar el beneficiario que tú quieras para que cobre el dinero en caso de que fallezcas.
Con esto en mente, el proceso para invertir en un plan es muy simple. Eliges el que se adapta a tus necesidades, y realizas tu aportación, que está limitada por ley. La gestora recibe ese dinero y se encarga de invertirlo de acuerdo a la política del plan. Si todo va bien, el dinero del plan irá aumentando.
¿Qué pasa si quieres cambiar de plan? Puedes traspasar tu dinero a otro plan cuando quieras y sin coste alguno. De hecho, lo más habitual es que cambies de plan a lo largo de tu vida para adaptarlo a tus circunstancias.
Por último, llegará el momento de recuperar el dinero del plan de pensiones o capitalizar esa inversión. A diferencia de otros productos, con un plan no podrás acceder a tu dinero cuando quieras, aunque más adelante te lo explicaremos en detalle.
Ventajas de los planes de pensiones
Lo que define a un plan de pensiones son sus características y estas tienen mucho que ver con sus ventajas. Seguro que has oído hablar de la ventaja fiscal de los planes para pagar menos impuestos.
Lo cierto es que esa es sólo una de sus características positivas. Estas son las más importantes.
– Obtienes una gran diversificación
Un fondo de pensiones invierte en muchos activos, desde acciones hasta renta fija. Y todo por un coste muy reducido: el de una participación.
Lo que te puede costar 100 euros con un plan de pensiones, necesitarías miles de euros para crearlo comprando las acciones por tu cuenta. Por eso mismo un plan de pensiones es un producto diversificado a un coste asequible.
Si no tienes claro en qué cosiste diversificar, aquí puedes ampliar información: la importancia de diversificar tus inversiones para reducir el riesgo.
– Están gestionados por profesionales
Detrás de todo plan de pensiones hay un equipo de gestores expertos en inversiones. Estos profesionales serán los encargados de hacer crecer tu dinero y de decidir dónde, cuándo y cómo se invierten las aportaciones que realizas.
– Son seguros
Los planes de pensiones están regulados y bajo la supervisión de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), lo que ofrece muchas garantías a los partícipes.
– Y también muy flexibles
Hay planes de pensiones para todos los gustos y perfiles de inversión, tanto los más conservadores como los más arriesgados. Además de tener donde elegir, así podrás adaptar el plan de pensiones que tienes contratado a cada momento de tu vida y el riesgo adecuado a él.
– Los traspasos no tienen coste
En este punto también ayuda que podrás cambiar de plan tantas veces como quieras sin tener que pagar ni un euro. La única salvedad es que hayas recibido alguna bonificación por contratar el plan y que ésta sí incluya un periodo de permanencia con una penalización si te lo saltas.
– Puedes elegir beneficiario en caso de fallecimiento
Una de las características que los planes comparten con los seguros de ahorro es que tú decides quién hereda el dinero en caso de fallecimiento. Con otros productos como los fondos de inversión eso no sucede, sino que los herederos son los definidos por la ley.
– Te permiten pagar menos impuestos y obtener un rendimiento fiscal
Más adelante hablaremos en detalle sobre las claves fiscales de los planes de pensiones. Ahora basta con indicar que este producto tiene una interesante ventaja fiscal: el dinero que inviertas se resta de tu base imponible en la declaración de la renta.
Esto quiere decir que pagarás menos impuestos por tus inversiones. Para que lo entiendas mejor, si ganas 25.000 euros al año e inviertes 1.500 euros en tu plan de pensiones, esa cantidad se restará a tu salario en el IRPF y para Hacienda será como si sólo hubieses ingresado 23.500 euros.
Al recuperar el dinero del plan, el capital tributará como renta del ahorro, aunque si haces bien tus cálculos, tendrás una interesante ganancia fiscal por la diferencia entre el tipo máximo que pagas al aportar y el que soportas al rescatar.
Desventajas de los planes de pensiones
Como todo producto de inversión, los planes de pensiones son una herramienta de claroscuros. Estos son los puntos negativos más importantes:
– Liquidez muy limitada
Una de las características del plan de pensiones es que sólo podrás recuperar tu dinero en determinados supuestos. El más clásico es el de la jubilación, pero no es el único.
Otros motivos para recuperar tu plan de pensiones antes de tiempo son:
- Incapacidad laboral total y permanente para la profesión habitual, o invalidez absoluta o gran invalidez para desarrollar cualquier tipo de trabajo.
- Enfermedad grave.
- Fallecimiento del partícipe, en cuyo caso lo podrán rescatar los beneficiarios o los herederos.
- Paro de larga duración.
- Jubilación parcial, pero sólo si el plan de pensiones lo incluye de forma explícita.
- Jubilación anticipada, pero sólo si el plan de pensiones lo incluye de forma explícita.
Además, a partir de 2025 podrás acceder al plan sin cortapisas ni dar explicaciones a partir del décimo año de la inversión. En otras palabras, que con un plan tu dinero estará bloqueado durante por lo menos 10 años (salvo alguna desgracia como las que acabamos de ver).
La parte positiva es que tu dinero estará fuera de tu alcance y tampoco podrás gastarlo, aunque tengas la tentación de hacerlo. Así evitarás usar ese dinero para el largo plazo y tu jubilación en cosas diferentes.
– Puedes perder dinero
Salvo los planes de pensiones garantizados, con el resto estarás siempre sujeto al riesgo de mercado. En otras palabras, puedes perder dinero, como con cualquier otra inversión, aunque esto no sucede habitualmente.
– Hay que saber elegir
La oferta de planes de pensiones es alta y no todos los planes son iguales. Es importante elegir uno que se adapte a tus objetivos y tu perfil de inversión. Además, después necesitarás ajustar el plan al mercado y a tu propia evolución.
Y es que tus necesidades no son las mismas con 20 años que con 55, y tampoco debería serlo el riesgo que asumes con tus inversiones. La traducción es que un plan válido para el primer perfil posiblemente no lo sea para el segundo.
– Hay límites a la inversión en planes
Los límites de las aportaciones a planes de pensiones se han modificado en 2022. Como norma general no podrás invertir más de 1.500 euros en un plan individual al año. A esta cantidad se pueden sumar hasta 8.500 euros de inversión en el plan de pensiones de empresa.
En total, no podrás invertir más de 10.000 euros en este tipo de producto.
– Hay que tener cuidado con el rescate
Al recuperar el dinero del plan vas a poder elegir entre diferentes opciones y no todas tributan igual. De hecho, un error muy habitual es optar por la fórmula que más dinero te dé en el momento, que también suele ser la más gravosa en la renta.
Esta es una dificultad añadida que no encontrarás en otros productos como fondos de inversión o Unit Linked, por ejemplo.
La clave fiscal de los planes
Los impuestos son una parte definitoria del plan de pensiones. Por un lado, te ayudan a pagar menos en la renta cada año por tus aportaciones, pero por otro, debes tener cuidado al rescatarlos si no quieres pagar más de lo que desgravaste en su momento.
En cuanto a las aportaciones, ya hemos visto que lo que inviertas se reducirá de tu base imponible en la renta (algo así como los ingresos del trabajo y otros que recibas), hasta un máximo de lo aportado (con carácter general, 1.500 € en planes individuales y 8.500 € en planes de empleo o asociados), o un 30% de esa base imponible, lo que sea menor.
Una vez aplicada esa reducción, procede aplicar el tipo correspondiente a tu tramo de IRPF para calcular el ahorro fiscal que conseguirás con tus aportaciones al plan de pensiones.
Como el IRPF es progresivo, cuanto mayor sea tu base imponible, más dinero ahorrarás. Esta es la tabla que se aplica a la base general:
Tramos de IRPF | Tipo a aplicar |
De 12.450 € a 20.200 € | 24% |
De 20.200 € a 35.200 € | 30% |
De 35.200 € a 60.000 € | 37% |
De 60.000 € a 300.000 € | 45% |
Más de 300.000 € | 47% |
A modo de ejemplo, supongamos que tu base imponible es de 20.000 € y aportas 1.500 € a un plan de pensiones individual. Originalmente a tu base imponible se le aplicaría un tipo impositivo del 24%, y por tanto te correspondería pagar 4.800 €. Pero con la reducción aplicable por tus aportaciones al plan, tu base imponible pasaría a ser de 18.500 €, y por tanto deberías pagar 4.440 €.
Si hacemos ese mismo ejercicio con un plan de pensiones de empleo o asociado, y aportas la cantidad máxima legal (8.500 €), la reducción a aplicar será de 6.000 €, que corresponden al 30% de tu base imponible, y por tanto deberías pagar 3.360 €.
Además, hay que tener en cuenta que las aportaciones a diferentes tipos de planes de pensiones son complementarias, es decir, que se puede aportar 1.500 € a uno individual, y 8.500 € a uno de empleo o asociado, por lo que tu aportación total sería de 10.000 €.
A cambio de esa ventaja, el dinero del plan de pensiones tributa siempre como renta del trabajo según la base general de IRPF y no la del ahorro, como ocurre con los fondos de inversión o las acciones, por ejemplo. La razón es que, si primero sirvió para reducir la base imponible, lo lógico es que después tribute dentro de ella y no en la del ahorro.
Cómo tributa el rescate del plan pensiones
Pero la verdadera clave fiscal de un plan de pensiones está en su rescate. Cómo lo hagas determinará si aportar te sirvió para ahorrar impuestos o no, a largo plazo.
La norma general para saber si hay ganancia fiscal está en enfrentar el tipo máximo (tipo marginal) con el que desgravaste las aportaciones frente al tipo máximo que pagas al recuperar tu dinero.
Por ejemplo, si al invertir tu base es de 40.000 euros el tipo marginal será del 37%, mientras que, si cuando lo rescates una vez jubilado tus ingresos son de 30.000 euros, el tipo será del 30% y habrás obtenido un rendimiento fiscal de 7 puntos.
Este será un rendimiento adicional al propio que haya conseguido el plan de pensiones con sus inversiones.
Para lograr ese rédito lo principal es acertar con la fórmula de rescate para pagar menos impuestos. Hacienda permite recuperar las prestaciones del plan de tres formas:
- Como renta, con lo que cobrarás una parte del dinero acumulado de forma periódica.
- Como capital, con lo que cobrarás todo el dinero acumulado o una parte importante de golpe.
- De forma mixta, que normalmente se hace con un importe inicial en forma de capital y después una renta.
Si optas por recuperar el dinero en forma de capital podrás disfrutar de una reducción del 40% sobre las cantidades aportadas hasta el 31 de diciembre de 2006. De esta forma, si a esa fecha habías invertido 100.000 euros en el plan, sólo se contabilizarán 60.000 para hacer el cálculo de cuánto hay que pagar.
Para poder aplicar esta ventaja, deberás activarla el año que recuperes el plan o en los dos posteriores.
En este sentido, rescatar el plan íntegramente el año que te jubiles suele ser una mala idea. La razón es que tu salario como empleado será superior a tu pensión pública y pagarás más impuestos.
Al hacer la renta como pensionista, tu plan de pensiones privado se sumará a la pensión pública y ambos tributarán según la tabla que has visto.
A modo de ejemplo, si tu pensión es de 15.225 euros (la media en España en 2022) y recuperas 100.000 euros del plan en forma de capital, incluso con la reducción del 40%, tu base imponible será cercana a los 70.000 euros. De los 10.000 euros que están en el penúltimo tramo del impuesto pagarás un 45% a Hacienda.
Si, por el contrario, te planificas, puedes recuperar 90.000 euros en lugar de 100.000 euros y limitar mucho los impuestos a pagar. Todavía mejor, podrías jugar con un rescate en forma de rentas que optimice los impuestos que pagas cada año.
¿Merecen la pena?
Esta es la pregunta del millón. Pocos productos salvo las criptomonedas son tan controvertidos como los planes de pensiones, con su legión de seguidores y de detractores. Lo cierto es que un plan de pensiones puede ser un complemento para planificar tu jubilación con el que invertir a largo plazo y obtener un doble rendimiento: el propio del plan y el fiscal.
Pero con los límites de inversión actuales de 1.500 euros por partícipe para planes individuales, se han convertido en una alternativa complementaria más que en el vehículo principal para planificar tu retiro. En otras palabras, que ahora más que nunca es interesante buscar otros productos de inversión para cumplir tus objetivos.