Moneda volátil
Pero ¿por qué este tipo de moneda presenta un mayor riesgo? En primer lugar, porque estas monedas son especialmente volátiles y existe una elevada especulación en el mercado en el que operan. Es decir, quienes invierten en ellas pueden, potencialmente, ganar mucho dinero, pero, también, perder todo el dinero invertido rápidamente.
Por otra parte, al tratarse de un mercado aún incipiente existe una falta de regulación que aumenta la desprotección. Por ejemplo, la legislación bancaria no protege a quien tiene su dinero en criptomonedas y a los emisores de monedas virtuales. Quienes, además, no siempre son conocidos.
Riesgos cibernéticos
Al ser fruto de la tecnología, estos activos están expuestos constantemente a los ataques cibernéticos. Un buen ejemplo fue lo que en 2019 le ocurrió a Binance, uno de los principales bancos de criptomonedas. Esta entidad fue víctima de un robo masivo valorado en 40 millones de dólares debido a una falla en su protocolo de seguridad. Además, a nivel doméstico, hay que tener en cuenta que la mayor parte de los inversores tiene un conocimiento informático medio, lo que aumenta el riesgo considerablemente.
Por todo ello, muchas aseguradoras han lanzado al mercado productos dirigidos a inversores en criptoactivos que cubren la pérdida, robo o piratería de activos criptomoneda y datos valiosos, así como cobertura en casos de datos de monedas/titulares de tokens o datos de clientes que se pierden debido a negligencia, piratería, malware, violación cibernética, etc.
Nuevo marco europeo
Existe también una Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a los mercados de criptoactivos que impone a los proveedores de esta moneda disponer en todo momento de unas cuantías económicas aseguradas, bien mediante fondos propios, bien mediante una póliza de seguro que cubra los territorios de la Unión en los que se presten sus servicios.
Se espera que a partir de 2024 estos proveedores tengan que ofrecer estas pólizas con una duración inicial que no puede ser inferior a un año; también deberán ofrecer cobertura frente a riesgos como pérdida de documentos, declaraciones falsas o engañosas, pérdidas derivadas de interrupciones de la actividad o fallos del sistema, y cuando sea aplicable al modelo de negocio, negligencia grave en la protección de los criptoactivos y fondos de los clientes.
Se trata de atraer a nuevos clientes hacia esta forma de inversión y tratar de recuperar la confianza de quienes habían descartado los criptoactivos como una buena forma de ahorro e inversión.