Las tres grandes modalidades
Precisamente, esta capacidad de adaptación del seguro de salud a las circunstancias de los usuarios se traduce en la posibilidad de elegir entre distintas modalidades. Por ejemplo, según el número de asegurados a los que protege, pueden ser individuales, familiares o colectivos, y, según la modalidad, los seguros de salud pueden ser de asistencia, de reembolso o de indemnización. Te contamos en qué se diferencian.
Un listado de profesionales
Un seguro de salud de asistencia pone a disposición del asegurado un listado de médicos y de centros. A estos centros, que pueden ser propios de la compañía aseguradora o ser concertados, podrás acudir sin ningún coste adicional o por un importe muy bajo llamado copago, que depende de lo pactado con la aseguradora. De esta manera, accederás a un gran número de profesionales a nivel nacional, así como a distintas clínicas y hospitales para elegir según tus preferencias: proximidad, calidad, etc…
Fuera del cuadro
¿Qué ocurre si el profesional médico al que quieres acceder no está en el cuadro de profesionales que se te ofrece? Para ello se crearon los seguros de salud con reembolso. No tienes que limitarte al cuadro médico propuesto: acudes a la consulta, abonas los servicios y después la compañía te reembolsa la factura con el límite y en el porcentaje que tengas pactado en tu póliza.
Indemnización
En cuanto a la modalidad de indemnización, significa que el titular recibe una cantidad económica que se fija previamente en la póliza en caso de que su salud se vea afectada. Por ejemplo, en caso de baja laboral, el usuario recibirá una cantidad diaria mientras no pueda desempeñar su actividad profesional; en el caso de hospitalización, la compañía aseguradora abona al usuario una cantidad diaria durante su ingreso; y, en el caso de intervención quirúrgica, el asegurado recibe un pago ajustado a un baremo, según la naturaleza de la operación que precise.
Lo más importante antes de optar por un seguro de salud privado es estudiar primero cuáles son las necesidades médicas personales o familiares -la cobertura dental cobra, por ejemplo, más importancia en una familia con niños pequeños -, informarse bien de las coberturas de cada póliza y confeccionar un seguro que se adapte a los servicios sanitarios que más vayamos a utilizar.
Por eso, como sucede con la mayoría de los seguros, lo más idóneo es dejarse asesorar por los profesionales de este sector, como son los agentes y corredores de seguros.