¿Qué pasaría si Europa entrase en una recesión más severa? ¿Y si lo hiciese la economía española? Nadie puede saber a ciencia cierta lo que pasará en el futuro, pero lo que sí puedes hacer es tener un plan. En otras palabras, prepararte para lo mejor y planificar para lo peor.
Esto es lo que puedes hacer con tus ahorros y tus finanzas en caso de recesión, igual que en su momento vimos cómo proteger tu patrimonio ante el aumento de la inflación.
Prepara o refuerza tu fondo de reserva
Lo primero ante una recesión es estar cubierto y en el caso de tus finanzas personales eso pasa por disponer de un buen colchón de emergencia. Si no cuentas con él, deberías ponerte ya a crearlo.
¿Cuánto dinero es recomendable tener como fondo de emergencia? La recomendación general es sumar entre 3 y 6 meses de gastos fijos. Sin embargo, esta cantidad dependerá de cuánto necesites tú para sentirte seguro.
Además, si la economía entra en recesión y los precios siguen sin bajar, ahorrar será cada vez más complicado. Por eso mismo, más allá de poner en marcha trucos de ahorro para ganarle a la inflación, conviene preparar este fondo ahora que todavía hay músculo económico para hacerlo.
En esta misma línea, puede ser recomendable tener algo de dinero en efectivo por si acaso.
Busca formas de diversificar tus ingresos
Seguro que conoces la importancia de diversificar tus inversiones y cómo el manido dicho de “no poner todos los huevos en la misma cesta” ayuda a reducir el riesgo en las inversiones. Con los ingresos pasa algo parecido.
Tener varias fuentes de ingresos aporta una estabilidad adicional en tiempos de crisis. Son como un nivel más del colchón de emergencia, un Plan B por si el A sale mal. Es decir, por si pierdes tu trabajo o te reducen la jornada.
Hay muchas formas de generar más ingresos, empezando por las inversiones y siguiendo por los ingresos pasivos.
Y de aumentar los que ya tienes
Tampoco conviene descuidar tus ingresos actuales, lo que pasa por pedir un aumento de salario o buscar un cambio de trabajo para mejorar profesionalmente.
Piensa que, si la economía entra en recesión, lograr esa mejora salarial será más complicado, así que anticípate y búscala ahora.
Revisa tu perfil de riesgo
La recesión suele llegar acompañada de caídas en bolsa, aunque no siempre ocurren de forma simultánea (los mercados tienden a anticipar sucesos y por eso pueden sufrir pérdidas antes de que llegue la recesión).
Prepara tu cartera ante esa posibilidad. La mejor forma de hacerlo es revisar tu perfil de riesgo como inversor para que se ajuste a tu realidad. Y es que, tendemos a pensar que somos capaces de soportar más riesgo del después podemos afrontar.
No es lo mismo decir que puedes aguantar una caída del 10% sin salir del mercado que ver cómo tienes 1.000 o 2.000 euros menos en tu cartera. De hecho, cuanto mayor sea el tamaño de tu cartera mayor será el efecto psicológico de esas caídas.
Para evitar las decisiones precipitadas, te claro cuál es tu actitud frente al riesgo y tu perfil como inversor.
Liquidez, pero con inversión
Ya hemos hablado de la importancia de tener un colchón de emergencia. Dentro de ese colchón puedes incluir o no el dinero en liquidez de tus inversiones. Es decir, el capital que guardas a la espera de oportunidades de inversión.
En momentos de recesión muchos inversores optan por aumentar su liquidez. Tú también puedes hacerlo, pero si ya inviertes, no lo dejes.
Recuerda que la inversión es una carrera a largo plazo y que la bolsa tiende a subir en el tiempo. De hecho, no hay todavía un periodo de 20 años en el que un inversor haya perdido dinero invirtiendo en el S&P 500 norteamericano.
Revisa tus deudas
Por último, no te olvides de las deudas. La deuda nunca es una buena compañera, pero mucho menos ante una recesión.
Aprovecha el momento para revisar cuáles son tus deudas y si te interesa reducir alguna de ellas. Desde luego, si tienes deudas de tarjetas de crédito con intereses del 20%, terminar con ellas te ayudará a vivir más tranquilo y te ahorrará un dinero en intereses.
Al final, la mejor forma de afrontar una recesión es tener un plan de contingencia por su llega. Así evitarás tomar decisiones guiadas por sentimientos como el pánico o el miedo, que no suelen ser buenos consejeros.