Cubrir imprevistos, poder afrontar la jubilación con desahogo, planificar un proyecto personal… Seguro que eres muy consciente de que son muchos los motivos que te pueden llevar a plantearte la necesidad de ahorrar. Lo que probablemente no sepas es que, además de los productos bancarios para poder hacerlo, existe otra fórmula que quizá te pueda encajar mejor. Son los seguros de ahorro.
¿En qué consisten?
Los seguros de ahorro te ofrecen la posibilidad de obtener de tu dinero una rentabilidad, al mismo tiempo que ahorras a medio y largo plazo. A través de una prima -tú decides la periodicidad de la misma -, puedes ir acumulando una buena cantidad sin apenas darte cuenta.
Una de las ventajas es la flexibilidad. A diferencia de la gran mayoría de productos bancarios, en los seguros de ahorro tú puedes decidir sobre el importe de tus aportaciones, la periodicidad de las mismas o los ingresos extraordinarios. Además, puedes disponer de tus ahorros o aportaciones una vez pasado el primer año, algunos seguros te suelen cobrar un pequeño porcentaje por recuperar el dinero antes de finalizar el plazo acordado, revisa las condiciones, se llama valor de rescate.
Seguros y mucho más…
Otra gran diferencia con las cuentas de ahorro bancarias es que los seguros de ahorro permiten incorporar garantías complementarias que enriquecen la póliza: casos de invalidez o fallecimiento, la posibilidad de hacer testamento online, contar con asistencia telefónica médica durante 24 horas o poder acceder a una segunda opinión en caso de enfermedad grave son sólo una muestra de todas las ventajas que giran en torno a estos seguros.
Sin sorpresas
Al final de tu periodo de ahorro, algunos de estos seguros entregan el capital y el interés pactado en el momento del vencimiento; es decir, a diferencia de los depósitos bancarios, no hay intereses periódicos pero has de saber que los tipos que se ofrecen suelen ser bastante más atractivos que los de los productos bancarios. Además, la compañía aseguradora te garantiza que las condiciones de la póliza serán las mismas durante toda la duración del seguro. No habrá “sorpresas”: en el caso de una cuenta de ahorro, el banco sólo se compromete a avisarte con tiempo si hay un cambio en las condiciones de la misma.
A tu favor también juega el hecho de que la rentabilidad que se vaya acumulando en un seguro de ahorro no tributa hasta el momento en el que dispones de ese dinero. De esta manera, también te aseguras un importante ahorro fiscal.
Como ves, flexibilidad, liquidez, garantías complementarias y ventajas fiscales son algunos de los factores para confiar tus ahorros a una compañía aseguradora.
Puedes ampliar más información sobre este tipo de seguros en nuestra Guía para tu jubilación.