¿Sabías que la solidaridad es el gran motor que hace funcionar la actividad aseguradora? Es lo que se conoce como “principio de mutualización”. Este concepto quiere decir que en el mismo momento en el que contratamos un seguro estamos mutualizando los riesgos, es decir, aceptamos que con el dinero de nuestra póliza, junto al dinero de otros muchos asegurados, se cubran los percances que les ocurran a unos pocos. Este sistema implica una especie de solidaridad grupal, una manera de repartir el daño entre un número elevado de personas amenazadas por los mismos riesgos.
¿Para qué sirve la mutualización?
Desgraciadamente, en ocasiones los percances se pueden convertir en siniestros que comportan un alto desembolso de dinero. Imagina por ejemplo que se incendia la casa en la que vives y queda inservible. No sólo estarás un tiempo sin tu vivienda mientras la reparan, sino que además el coste de esa reparación puede ser tan elevado que casi nadie podría asumirlo, ni aun sumando todas las cuotas pagadas a lo largo de su vida. Gracias a la mutualización, podrá hacerlo.
Cubrir tu riesgo y el de otros
Si eres de los que creen que están “haciendo el tonto” por llevar años pagando un seguro sin haber dado apenas un parte, ten claro que no es así. Además de haber cubierto tu propio riesgo, has contribuido a que el resto de los asegurados hayan podido obtener protección y, en caso de daño, reparación ante accidentes, incendios, inundaciones o ante circunstancias puntuales como jubilación o fallecimientos, entre otros. Por cierto, el resto de los asegurados también te cubre a ti.
¿Dónde va el dinero de tu póliza?
De hecho, tal y como explican desde UNESPA -la patronal del sector-, el mayor porcentaje del importe de cada póliza se destina a resolver incidentes (accidentes de tráfico, maletas perdidas, siniestros en el hogar): concretamente el 76 por ciento de la prima. De este porcentaje, un 54 por ciento va directamente a los clientes y el 22 por ciento a los proveedores (sanitarios, mecánicos, fontaneros). Del resto, un 10 por ciento se destina al equipo humano que gestiona los seguros, un 6,7 a impuestos (8% en 2021) y un 6,3% a los accionistas de las aseguradoras.
Teniendo en cuenta que las aseguradoras resuelven una media de 6.000 percances cada sesenta minutos, ahora puedes hacerte una idea de la importancia del principio de solidaridad al que, si tú eres cliente del sector, también estás contribuyendo a sostener.