Un servicio esencial
Si el estado de alarma se declaraba el 14 de marzo, el BOE del día 30 ya dejaba claro que las actividades de mantenimiento y reparación de averías urgentes se consideraban como un servicio esencial. Y lo cierto es que estos profesionales no han parado. Un reciente estudio realizado entre más de 2.000 técnicos de este ámbito estima que las reparaciones urgentes se han incrementado en un 74% durante el confinamiento.
Las averías más frecuentes
Si tienes curiosidad por saber qué es lo que más se ha roto en el tiempo en el que hemos estado obligados a pasar más horas en casa, este es el ránking: cortocircuitos, sobretensiones y reparaciones de electrodomésticos. Como no podía ser de otra manera, televisiones y lavavajillas han protagonizado los porcentajes más altos en averías. Por otra parte, los servicios de reparación de calderas han visto como las llamadas se disparaban en un 136 por ciento, las intervenciones en las redes de saneamiento o de evacuación han aumentado en un 89 por ciento y las del gas en un 87 por ciento.
El chispazo es ahora tendencia
Además de las reparaciones en el hogar, otro tipo de incidencias que también han motivado muchas llamadas han sido las relacionadas con la asistencia informática, con un incremento superior al 70% fundamentalmente con intervenciones relacionadas con reparaciones de equipos -debido al espectacular aumento del teletrabajo-, pero también, aunque en menor medida, con los ciberataques. Por cierto que, una vez finalizado el estado de alarma, se ha registrado un importante aumento de las llamadas a los seguros de automóvil: después de que la mayor parte de los vehículos particulares hayan estado estacionados durante meses, muchas baterías se han negado a arrancar. El “chispazo” es ahora tendencia en los avisos.
Reparaciones con EPIS
Lo que está claro es que las garantías de las compañías aseguradoras del hogar han estado durante el estado de alarma más vigentes que nunca y han sido más necesarias si cabe que en cualquier otro momento para sobrellevar la situación. El cumplimiento de las normas de seguridad por parte de los técnicos que tenían que entrar en los domicilios -en ocasiones con personas infectadas en su interior-, ha sido excelente: EPIS, distancia de seguridad, aislamiento de las zonas de reparación, lavado de manos… Por otra parte, los técnicos también destacan la prudencia de los usuarios a la hora de valorar si su reparación tenía carácter de urgencia antes de demandar el servicio.