La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) define el perfil inversor como la relación que existe entre los riesgos que estás dispuesto a correr y los rendimientos que esperas obtener.
En otras palabras, cuánto estás dispuesto a arriesgar, o no, por la posibilidad de lograr mayores beneficios. Esa es la esencia de tu perfil como inversor, aunque para averiguar el tuyo hay algunas cosas más que debes saber si estás pensando en pasar de ahorrador a inversor.
¿De qué depende tu perfil de inversor?
Lo que define tu perfil como inversor son varios elementos que están relacionados con tu aversión o apetito por el riesgo, y también tu situación financiera general, entre otras cosas.
Estos son los elementos clave.
Horizonte temporal y edad
Estos dos elementos son claves en tu capacidad de asumir riesgos y funcionan de forma opuesta.
El horizonte temporal mide el tiempo que tienes pensado invertir, y cuanto mayor sea, más arriesgado podrá ser tu perfil porque tendrás más tiempo para recuperarte en caso de que haya caídas.
Con tu edad ocurre lo contrario, precisamente porque cuanto más mayor eres, menor es tu horizonte temporal. En consecuencia, a más edad, más conservador debería ser tu perfil, ya que debes preservar el capital que esperas recuperar en el corto o medio plazo.
Tolerancia y actitud hacia el riesgo
¿Qué harías si ves que tus inversiones caen un 10%? ¿Comprarías más? ¿Venderías? Tu tolerancia a sufrir pérdidas es una de las partes más importantes de tu perfil de inversor, y no es fácil saber cuál es realmente hasta que no te enfrentas a la realidad.
Y es que, una cosa es pensar en una hipotética caída del 5% en el valor de tus inversiones, y otra diferente ver como tienes 1.000 euros menos en tu cartera. Eso es precisamente lo que les pasa a muchos inversores en bolsa después de usar los simuladores y cuentas demo. Una cosa es hacer experimentos con gaseosa, y otras poner en juego tu dinero.
Cuanto mayor sea el riesgo aceptado, mayores serán los rendimientos que podrás conseguir.
Rentabilidad esperada
Otra de las claves en tu perfil como inversor es saber qué rentabilidad esperas de tus inversiones.
Eso sí, esta rentabilidad objetivo tendrá que estar respaldada por el resto de elementos de la ecuación. No se puede esperar ganar un 10% anual si tu plazo de inversión es de 1 año o si no quieres asumir riesgos.
Situación financiera y patrimonio
Tu economía doméstica también cuenta a la hora de determinar cuál es tu perfil como inversor.
Aquí se valoran cuestiones como cuánto dinero tienes ahorrado y cuánto está invertido, o cuál es tu capacidad de ahorro.
Tu situación financiera sirve para calibrar también cuánto riesgo puedes asumir. Para que lo entiendas mejor, si ahora mismo tus gastos suponen un 90% de tus ingresos y no ahorras, quizás invertir de forma muy arriesgada no sea lo más conveniente porque en caso de un imprevisto dependerás del momento de mercado para recuperar y usar ese capital.
Tus conocimientos financieros y experiencia
Cuánto sabes sobre inversiones puede utilizarse como barrera de entrada para contratar determinado tipo de productos más arriesgados o complejos para tu perfil de inversor. Por ejemplo, si no sabes qué es una acción, un producto derivado puede que no sea lo más conveniente, y quizás necesites productos más conservadores y seguros acordes a tus conocimientos.
La experiencia aquí también es un grado. Si has invertido alguna vez es más fácil que tengas realmente clara tu actitud frente al riesgo, porque es posible que hayas vivido subidas y caídas en tus inversiones.
¿Qué perfiles de inversor hay?
La mezcla de todos los elementos que acabamos de ver conforma tu perfil de inversor, que es lo que determinará en qué y cómo deberías invertir, así como el riesgo que asumes y la rentabilidad que puedes esperar.
Porque si hay una cosa que debes tener clara es que, a mayor riesgo, mayores retornos, aunque el plazo de la inversión también influye en esa relación. A partir de ahí, existen tres perfiles de riesgo básicos:
Perfil conservador
Es el inversor que menos está dispuesto a arriesgar o que menos tiempo tiene pensado invertir.
Hablamos de perfiles con un horizonte de inversión normalmente inferior a dos años y que, por lo tanto, no pueden permitirse el lujo de asumir muchos riesgos, entendido el riesgo como la volatilidad o variaciones en el precio de mercado. En concreto, buscará volatilidades que no sean superiores al 10% anual.
También pueden ser personas con un horizonte temporal más largo pero una enorme aversión al riesgo, o una actitud muy negativa al respecto.
Perfil moderado
Se trata de inversores con plazos de inversión algo superiores, normalmente de más de 4 años, y que buscan un equilibrio entre riesgo y rentabilidad.
Son capaces de asumir volatilidades mayores en sus inversiones, de hasta un 10%, gracias también a que su horizonte temporal es mayor.
Perfil arriesgado
Son inversores enfocados ya en el medio y largo plazo, que invierten con un horizonte temporal de más de 6 años.
Esto les permite asumir más riesgos porque el tiempo diluye la volatilidad en las inversiones, y porque disponen de más tiempo para recuperarse ante eventuales caídas.
También se trata normalmente de inversores con una mayor capacidad de soportar pérdidas y sobrellevar así el riesgo en las inversiones. De hecho, son capaces de asumir una volatilidad superior al 10% en su cartera.
En definitiva, personas con tiempo por delante y que están dispuestas a asumir algo más de riesgo a cambio de mejorar su rentabilidad.
Cómo averiguar cuál es tu perfil de inversor
A estas alturas es fácil que ya tengas una idea de qué tipo de inversor eres: conservador, moderado o arriesgado.