La entrada de las llamadas start ups en el sector asegurador fue el inicio de la incorporación en el negocio tradicional asegurador de soluciones que dieran respuestas a las demandas actuales de los clientes, cada vez más marcadas por la presencia de la tecnología en la vida cotidiana de las personas. Este fenómeno se denominó Insurtech.
La clave: los datos
La clave de toda esta gran revolución está en la información. Cada vez que enviamos un mensaje a través de las redes sociales, cuando pagamos con una tarjeta de crédito, cuando nuestro teléfono móvil accede a nuestra ubicación o cuando compartimos nuestra opinión en Internet sobre un restaurante, tienda, hotel, etc. no hacemos sino generar una enorme cantidad de datos sobre nuestros hábitos y preferencias. El análisis y la gestión de ese gran volumen de información se denomina Big Data.
Uno de los pilares del sector asegurador siempre ha sido la ciencia actuarial, el análisis de la información y de la estadística para valorar los riesgos y establecer pronósticos. De ahí que el Big Data haya sido una tecnología especialmente favorecedora para las compañías aseguradoras, que ahora pueden conocer mucho mejor a su público e identificar y medir el grado de lealtad entre sus asegurados.
Los clientes, por su parte, también salen beneficiados por una mayor agilidad y transparencia de los procesos, una comunicación mucho más personalizada y una mejor experiencia de usuario, así como unos precios más bajos. Ya es posible contratar seguros desde el teléfono móvil, así como “encenderlos” y “apagarlos” en función del tiempo durante el que se precise contar con su cobertura.
Aplicaciones concretas
¿A qué tipo de seguros se está aplicando ya la tecnología Big Data? En los de Autos por ejemplo, la instalación de un GPS en el vehículo proporciona datos telemáticos sobre los hábitos de conducción, distancias recorridas y formas de conducir. De esta manera, la aseguradora obtiene información que ayuda en la prevención de accidentes, así como en la identificación de conductores con comportamientos potencialmente peligrosos.
En el caso de los seguros de Salud, las compañías pueden evaluar la longevidad de sus asegurados y realizar estimaciones sobre el número de servicios médicos que demandarán en función de las características personales o del histórico de sus consultas médicas.
Incluso, dentro de los seguros de Hogar, la domótica y el Internet de las Cosas aplicada al ámbito doméstico, son capaces de analizar los patrones de consumo e incluso las incidencias dentro del hogar para determinar el mejor seguro para los usuarios.
Por supuesto, esta auténtica revolución discurre de forma paralela a una mayor inversión del sector en ciberseguridad para que los estándares de seguridad y confianza sigan arropando a los usuarios en esta nueva forma de operar.