En los últimos años los patinetes eléctricos han proliferado en las ciudades. Son rápidos, ligeros, fáciles de usar y transportar, tienen autonomía suficiente para los desplazamientos urbanos, no sufren los atascos, son económicos en su uso y no contaminan. Según la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (AUVMP), más de 20.000 vehículos de este tipo circulan por España pero todavía no existe una normativa a nivel estatal que regule su funcionamiento. Moverse con un patinete parece la solución ideal para trayectos urbanos pero la falta de una normativa nacional y la confusión en cuanto a cómo asegurarlos, hace necesario valorar los riesgos antes de montarse en uno.
Los seguros todavía no viajan en patinete
Si eres usuario de los llamados vehículos de movilidad personal (VMP), si te mueves por la ciudad con un patinete, tienes que saber que, por ahora, la contratación de un seguro no es obligatoria a nivel nacional aunque ya hay algunos ayuntamientos, como por ejemplo Alicante y Benidorm, que exigen un seguro de responsabilidad civil a los usuarios.
Cada municipio puede tener una normativa distinta sobre el uso de los patinetes eléctricos. Según la instrucción transitoria aprobada por la DGT en noviembre de 2019, queda prohibido a nivel nacional circular bajo el consumo de drogas y alcohol, el uso del teléfono móvil e ir más de una persona, entre otras. Pero hay otras decisiones, como la de llevar casco o no, que se dejan en manos de las normativas municipales.
No estar informado es estar expuesto
El patinete eléctrico conlleva los mismos peligros que cualquier otro tipo de vehículo motorizado. Atropellar a alguien, chocar contra otro vehículo, o caernos y sufrir alguna fractura: estos riesgos están a la orden del día. ¿Qué sucede si no estás asegurado? Es importante que sepas que si causas lesiones personales o daños materiales tendrás la obligación de afrontarlos.
Para cubrirte lo mejor es dejarte asesorar por un profesional. Existen en el mercado productos de seguros para este tipo de vehículo que normalmente ofrecen cobertura de responsabilidad civil, daños al propio vehículo, gastos médicos y asesoramiento jurídico. El robo suele ser una cobertura opcional.
El seguro obligatorio está todavía muy lejos
Para replicar un sistema de seguro obligatorio como el de los vehículos a motor sería necesario que todos los VMP estuvieran identificados de fábrica (número de bastidor), tuvieran un registro público o matrícula y fueran controlados de alguna forma.
Como esta solución es complicada, los expertos se inclinan más por la obligatoriedad de suscribir un seguro de responsabilidad civil personal “ad hoc” para este tipo de movilidad o incluso la posibilidad de incluir algún tipo de clausula específica en los seguros de hogar.