En esa misma línea, el informe Global Survey 2021 de PwC Global Consumers Insights califica estos cambios como históricos y los agrupa en cinco categorías en las que el sector asegurador tiene mucho que decir y que aportar:
Digitalización: nuevas formas de trabajar y de producir se traducen en nuevas formas de consumir. La imposibilidad de acudir a las tiendas físicas durante los confinamientos marcó un gran acelerón a la hora de que la población se relacionara con la tecnología. Comprar un producto o servicio -o en el caso de los seguros, contratar una póliza- a golpe de click es ya habitual, ofreciendo además la posibilidad de hacerlo “a la carta”. Inmediatez, personalización y abaratamiento en el precio son las claves en esta tendencia.
Seguridad digital: nos hemos asomado a las nuevas tecnologías y también hemos descubierto su lado menos amable: los ciberataques. Este tipo de delincuencia online se ha incrementado exponencialmente sobre todo a raíz del teletrabajo. La concienciación y una mayor información acerca de los riesgos que podemos correr en la Red, también comprando a través de ellas, ha propiciado una mayor contratación de ciberseguros para no quedar expuestos en el mundo digital.
Interés por la salud física y mental: las generaciones más veteranas muestran una preocupación mayor por la salud física. En cambio, los jóvenes (Millennials y Zetas) piensan más en su bienestar mental. La contratación de seguros de asistencia médica que incluyan telemedicina en su oferta se ha disparado. Las tendencias de consumo también detectan esta preocupación. Consumir saludable es tendencia.
Consumo responsable y sostenibilidad: si algo aprendimos de la pandemia es que el mundo está absolutamente interconectado. Somos parte de un engranaje en el que todo el planeta ha de compartir foco y responsabilidad, porque también comparte consecuencias. El mundo empresarial está cada vez más sensibilizado y así lo refleja la mayor demanda de seguros que ayudan a las empresas con el respeto a las nuevas normativas medioambientales y el auge de las Inversiones Socialmente Responsables (ISR).
Más tiempo en casa: la pandemia ha puesto de manifiesto cómo los consumidores se decantan por disfrutar de tiempo de calidad en casa. El gasto en decoración y las inversiones en reformas del hogar demuestran la intención de los usuarios de acondicionar y mejorar sus casas para disfrutar más de ellas. Además, la consolidación de los modelos híbridos de teletrabajo ha hecho que aumente el tiempo que se pasa en casa. Los seguros del hogar también están presentes en este ámbito para cubrir cualquier desperfecto, avería o contingencia en nuestros hogares.
En definitiva, se mire por donde se mire, la tendencia es hacia un consumo más responsable y saludable en el que la seguridad, personalización, inmediatez y sostenibilidad juegan un papel decisivo.