Fenómenos en aumento
Aunque la imprevisibilidad de estos fenómenos hace difícil anticiparse a sus efectos, es vital incluirlos en las decisiones personales y empresariales. Las empresas aseguradoras así lo han hecho, preparándose para que estos eventos extremos vayan aumentando en magnitud y frecuencia.
¿Qué cubren los seguros?
Los seguros cubren una serie de fenómenos meteorológicos, indemnizando a sus asegurados por daños materiales, o reparando los mismos. Revisa la cobertura de Fenómenos atmosféricos de tu póliza, pues tiene sus propias condiciones dependiendo del seguro que contrates. Por ejemplo, en los seguros de hogar, se suele hablar de viento (si las rachas superan los 80 km/h de velocidad), lluvia (si se producen acumulaciones de más de 40 litros por metros cuadrado), caída de rayos (que provoquen daños tanto en la vivienda como en jardín) o nieve (sin intensidad de precipitación mínima), entre otros.
Riesgos extraordinarios
En España contamos por ley con un sistema de cobertura aseguradora de riesgos extraordinarios que asume el Consorcio de Compensación de Seguros. Se trata de una entidad pública adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, a través de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones; y funciona gracias a la partición de las empresas aseguradoras a través del recargo obligatorio incluido en todas las pólizas de seguros que se comercializan en España; lo que le convierte en un sistema auto-sostenible que no requiere ningún tipo de aportación de ninguna administración pública vía tributos.
Desempeña varias funciones en el seguro español, entre las que está la cobertura frente a los riesgos que se consideran extraordinarios como catástrofes naturales, entre ellas las de origen hidrometeorológico: inundaciones extraordinarias, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas o vientos superiores a 120 Km/h.
Seguros paramétricos
Además de estos riesgos extraordinarios, cubiertos a través del CCS, el sector también trabaja para cubrir siniestros según modelos meteorológicos científicos que permitan responder ágilmente a estos imprevistos. Son los llamados seguros paramétricos o parametrizados cuyas indemnizaciones se basan en la intensidad de un evento, la cantidad de pérdida acumulada o se establecen en función de unos baremos previamente acordados con la aseguradora.
Huracanes, terremotos o inundaciones provocadas por los ríos son algunos ejemplos de riesgos que ya se están parametrizando. Estos seguros se ejecutan cuando se cumplen los “parámetros” establecidos en la póliza, y una vez que el siniestro se ha producido, permiten una mayor agilidad en la resolución de los daños, rapidez en los pagos, y eliminación de gastos de gestión y administración de siniestros.