El secreto de la baja siniestralidad
Zonas peatonales, carriles bici, limitación de velocidad máxima en las ciudades a 30 kilómetros por hora, planes de movilidad urbana sostenible, mucha educación vial para grandes y pequeños e inversión en investigación para detectar puntos de mejora y poder trabajar sobre ellos, son los grandes pilares que explican el éxito de la capital sueca. Como ves, factores como la renta, la tasa de motorización o la densidad de población no influyen decisivamente en que una ciudad sea más segura que otra.
Tráfico en calma
Lo que sí influye es que en las ciudades que se acercan a este objetivo el tráfico es mucho más calmado debido a las nuevas formas de movilidad. No solo nos referimos a la bicicleta o a los patinetes eléctricos, sino a sistemas de movilidad compartida basados en aplicaciones digitales y en la economía colaborativa que buscan no sólo aumentar la rapidez en los desplazamientos urbanos, sino también en nuevas formas de ahorro para los usuarios y en descongestionar las calles.
Seguros que evolucionan
Esta nueva forma de entender los desplazamientos urbanos ha hecho que la industria aseguradora haya tenido que ir evolucionando para ofrecer fórmulas de protección tanto para las empresas propietarias de estos nuevos vehículos, como para sus usuarios. Además del tradicional seguro a terceros, que la ley exige para motos y coches, vehículos como las bicicletas y patinetes también han de tener un seguro de responsabilidad civil que cubra posibles daños.
Compartiendo transporte
La nueva movilidad urbana también ha propiciado la aparición del “carsharing” o “motorsharing”, es decir, el uso compartido de motocicletas o coches. Las empresas que ofrecen esta alternativa de transporte disponen de una flota determinada de vehículos repartidos por distintos puntos en las grandes ciudades. Los usuarios pueden alquilarlos para un trayecto a través de una aplicación en su teléfono móvil. Una vez concluido el viaje, aparcan el coche o la motocicleta para que pueda ser utilizado por otro conductor. Estos modelos de transporte compartido han fomentado la aparición de seguros por horas o seguros especiales para el conjunto de estas flotas.
En los últimos años, algunas localidades españolas se han acercado a las cifras de Estocolmo, entre ellas el municipio madrileño de Móstoles o las ciudades de Oviedo, Elche y Pontevedra. La clave del éxito se basa en conseguir una convivencia segura entre peatones y el resto de medios de transporte en la que todos estemos protegidos.