Concéntrate. ¿Cuántos tipos de seguros conoces? Haz tu lista: vida, salud, decesos, viaje, hogar, coche, esquí… ¿te empieza a costar seguir enumerando? robo, mascotas, bicicletas, móvil… ¡No está mal! Pasar de diez ya es un logro considerable. Probablemente has confeccionado tu lista haciendo un recorrido mental por situaciones de la vida cotidiana ¿verdad? Pero, ¿y las contingencias que entran en el terreno que va más allá de lo normal? ¿Se pueden asegurar?
Seguros en la tercera fase
¡Por supuesto! ¡Bienvenidos al mundo de los seguros originales! Muchos de ellos se crearon, como no puede ser de otra manera, en Estados Unidos, donde todo o casi todo se puede asegurar. Ya en los años 50, en plena ebullición del fenómeno OVNI, aparecieron las primeras pólizas para posibles abducciones extraterrestres que no sólo cubrían la abducción y sus consecuencias negativas, sino todo tipo de accidentes derivados de la actividad extraterrestre. Además de convertirse en un gran reclamo publicitario -una compañía aseguradora que se preciara debía tener esta póliza en su catálogo-, también se transformaron en una especie de plantilla sobre la que desarrollar seguros diferentes en el futuro.
¿Quién ha roto esa ventana?
Un buen ejemplo de ello fue el seguro contra el “apocalipsis zombie”, muy de moda en los años 90. Al más puro estilo “The Walking Dead”, entre sus coberturas se encuentran desde la incineración de zombies, pasando por el refuerzo de seguridad en el hogar, asistencia médica, hasta el suministro de armamento y municiones. Sin abandonar este mundo de lo paranormal, también existen pólizas que contemplan la aparición de fantasmas en el hogar que cubren cualquier tipo de ataque a los sufridos inquilinos, así como cualquier daño ocasionado en el mobiliario tipo “poltergeist”.
Para morirse de risa
No todos los seguros raros pertenecen al ámbito del misterio. Te ponemos varios ejemplos: el seguro anticontaminación, nacido en Hong Kong, proporciona asistencia sanitaria para patologías relacionadas con la polución o pérdidas por no poder desplazarse a trabajar; o la cobertura para empresas exhibidoras de cine por la posible muerte de risa de un espectador en la sala.
Los más conocidos dentro de la categoría de raros son los que cubren partes del cuerpo: piernas de futbolistas y de cantantes o actrices; manos de porteros o de guitarristas; pulgares de pilotos de Fórmula 1, narices de catadores de vino o de cafés, o cuerdas vocales de cantantes.
¿Qué seguro original se te ocurre? ¡Puede que sea un filón!