Cómo elegir el riesgo en tus inversiones según tu edad
Montar en bici sin manos, subirte a la barandilla de los columpios, trepar un muro ‘porque sí’, intentar filigranas con el skate… Hay ideas ‘de bombero’ que sólo se te ocurrirían de niño y que si las piensas años más tarde es fácil que te lleves las manos a la cabeza.
¿La razón? Tu percepción del riesgo evoluciona con la edad. Tendemos a volvernos más conservadores y tiene su sentido, porque tu cuerpo no se recupera igual con 5 años que con 22 o con 35, por poner tres ejemplos. Con tus finanzas y tus inversiones pasa algo parecido. No es lo mismo cometer errores a los 20 que a los 50. Por eso mismo es tan importante aprender a determinar qué riesgos debes asumir en cada etapa de tu vida.
La regla de oro: poder dormir tranquilo
Las finanzas personales tienen dos partes: la financiera y la personal.
La primera es la teórica, lo que dicen los números y las recomendaciones generales. La segunda tiene que ver más con la psicología, pero no con la general, sino con la tuya en particular, que es lo que las hace ‘personales’.
Aplicado a cómo invertir según tu edad y qué riesgo asumir en cada etapa de tu vida, hay una serie de recomendaciones generales que verás más adelante y otras 100% personales, que dependen de tu percepción del riesgo, tu situación y tu forma de ser.
Para que lo entiendas mejor, la norma general dice que una persona joven…
- No necesita un gran colchón financiero para imprevistos (hay quienes incluso aseguran que con un mes de tus gastos fijos es suficiente) porque ese colchón lo dan los padres.
- Debe invertir la mayor parte de su dinero y, además, hacerlo asumiendo riesgo.
Los motivos son que posiblemente vivas en casa de tus padres (o no), y que como eres joven tienes tiempo de recuperarte de las caídas. Además, si inviertes a largo plazo, las caídas y subidas a corto no deberían importare –aquí puedes ver cómo actuar con tu dinero durante una crisis-.
Como plan general está muy bien e incluso tiene sentido. Sin embargo, puede no ser lo óptimo para ti si, por ejemplo, no llevas bien las pérdidas y vendes ante una caída del 10% en tus acciones (estarás vendiendo en el peor momento). Esta es la parte personal de las finanzas personales, la que depende de ti y no de lo que dicen las matemáticas.
Por eso mismo la regla de oro para decidir qué riesgo debes asumir para tu dinero es sencilla: que puedas dormir tranquilo por la noche.
Esto aplica tanto a la inversión como a la distribución de tu patrimonio. Hay quien necesita tener más dinero en liquidez, como colchón de emergencia, y quien necesita menos. Por este motivo, hay una recomendación general sobre cuánto invertir según tu situación y también una valoración personal. Tomar la decisión teniendo en cuenta sólo una de ellas es una fórmula para el fracaso.
La regla del 120: una opción para tomar tus decisiones
La regla de oro para establecer el riesgo de tus inversiones tiene en cuenta la parte personal. ¿Qué pasa con la parte financiera? ¿Qué dicen los números sobre cómo organizar tus inversiones según tu edad?
La norma general es la que ya te hemos adelantado y se resume en dos partes:
- Invierte a largo plazo.
- Puedes asumir más riesgo cuanto más joven eres.
Este riesgo se mide normalmente por la cantidad de renta fija (bonos) y renta variable (bolsa) que tienes en tu cartera. Los bonos son más estables y se supone que su riesgo es menor, mientras que la bolsa es más volátil y tiene un riesgo de pérdidas mayor.
La traducción es que las carteras más conservadoras tienden a incluir un porcentaje mayor de renta fija. Según se reduce es porcentaje de renta fija aumenta el riesgo de la cartera, aunque también las potenciales ganancias.
Y es que, al invertir, riesgo y rentabilidad están íntimamente ligados o, por lo menos, deberían. Dicho de otra forma, cuanto más riesgo asumes en una inversión, más rentabilidad o beneficio potencial deberías exigir. Un buen ejemplo es la inversión en criptomonedas, que pueden doblar su valor y hacerte ganar mucho dinero, pero también llevarte a perderlo todo. En otras palabras, un gran riesgo con una rentabilidad acorde.
¿Qué porcentaje de renta fija y renta variable deberías incluir en cada momento de tu vida? Una forma sencilla de hacerte una idea es la regla del 120.
¿En qué consiste la regla del 120 para invertir? Esta recomendación se basa también en dos conceptos:
- La rentabilidad es tu objetivo cuantos más años tienes por delante. Esto quiere decir que a largo plazo, debes asumir riesgos.
- El riesgo disminuye con la edad. La razón es que conforme pasen los años y se acerque el momento de recuperar la inversión conviene asegurar parte de los resultados que has ido logrando hasta el momento.
Dicho de otra forma, primero inviertes para acumular patrimonio y después lo consolidas hasta que llegue el momento de recuperar el dinero. Esto puede ser al jubilarte, que sería el caso más típico, o cuando se cumpla el plazo que te has marcado si estabas ahorrando e invirtiendo para comprar casa o para los estudios de los niños, por ejemplo.
Esta teoría se plasma en una distribución concreta del porcentaje de renta fija y renta variable en tu cartera. Según la regla del 120, sólo tienes que restar a 120 tu edad y así obtendrás el porcentaje de renta variable que debes incluir en tu cartera. En resumen, el riesgo recomendado según tu edad.
Por ejemplo, si tienes 25 años, el resultado será un 5% de renta fija en tu cartera por un 95% de renta variable. Así es como evolucionaría el riesgo de la cartera y su distribución de activos según tu edad.
Distribución de los ahorros según la edad con la regla del 120
Recuerda que dividir tu cartera entre renta fija y renta variable es sólo una forma de diversificación, pero que debes ir más allá. En este artículo te contamos la importancia de diversificar tus inversiones y cómo hacerlo.
La regla del 120 puede servirte como aproximación para establecer el perfil de riesgo de tus inversiones, pero tampoco es infalible. De hecho, hay personas que prefieren adaptarla a una centena. De esta forma, toman 100 como punto de partida y de ahí restan la edad.
También hay quienes creen que esta visión es in tanto conservadora y prefieren mantener un perfil más arriesgado hasta llegar a los 50 años. Es decir, reducen el porcentaje de renta fija de manera menos progresiva.
Definir el riesgo que quieres según tu edad es solo una de las partes del proceso inversor. La siguiente es escoger con qué producto hacerlo. Cada producto de inversión tiene sus características y aquí clasificamos los productos de inversión según tu perfil de riesgo.