Lo más normal es que conozcas la primera y que no estés familiarizado con la segunda. Invertir de forma pasiva permite poner a trabajar tu dinero sin tener que dedicar más de una hora al mes ni ser un experto en finanzas.
Qué es la inversión activa
La inversión o gestión activa es la fórmula tradicional de inversión que todos conocemos. Desarrollar estrategias activas para dar con las mejores acciones y escoger, además, el momento óptimo para comprar y vender con el objetivo de superar el rendimiento del mercado.
Para entenderlo mejor, piensa en un fondo de inversión que cuenta con su equipo de analistas y gestores que estudia el mercado, analiza empresas, peina sectores y tiene en cuenta los ciclos económicos para conseguir una rentabilidad adecuada para tu dinero.
En eso consiste la inversión activa, analizar, estudiar y decidir qué comprar y cuándo para superar al mercado o al índice que el fondo se haya marcado como referencia.
Qué es la inversión pasiva
Frente a la inversión activa se sitúa la gestión pasiva. ¿En qué consiste exactamente este modelo inversión? En lugar de tratar de batir al mercado, el objetivo de la inversión pasiva es replicarlo. Es decir, copiar el comportamiento de un índice concreto o de un sector específico.
A modo de ejemplo, en lugar de seleccionar las empresas españolas que mejor lo van a hacer, un fondo de gestión pasiva replicará el índice Ibex 35, que reúne a las 35 empresas cotizadas más grandes. Ni más, ni menos. Se indexará al índice bursátil y generará los mismos resultados que el mercado en su conjunto.
Por eso mismo, la inversión pasiva también se conoce como inversión indexada.
Diferencias entre gestión activa y pasiva: ventajas y desventajas
Lo que diferencia a la inversión activa y pasiva es el enfoque y el objetivo. Un gestor activo entiende que el mercado genera ineficiencias y oportunidades que un buen inversor será capaz de aprovechar. Es decir, que se puede batir el rendimiento medio del mercado.
La filosofía de inversión pasiva parte de una premisa diferente: a largo plazo muy pocos inversores son capaces de superar al mercado de forma consistente. Habrá gestores, fondos e inversores particulares que lo conseguirán durante algún tiempo, pero pocos lo harán en periodos de tiempo de más de 10 años.
Así lo acredita el informe SPIVA, según el cual apenas un 10% de los fondos de inversión activos en acciones americanas logran superar a su índice de referencia, el S&P 500, en periodos de 15 años.
Porcentaje de fondos que no superan a su índice de referencia | |||
1 año | 5 años | 15 años | |
Europa | 88,84% | 87,77% | 87,81% |
Estados Unidos | 55,43% | 84,47% | 90,03% |
Pero ojo, esto no quiere decir que la inversión pasiva sea siempre más rentable. Sólo que la mayoría de los fondos de gestión activa no son capaces de hacerlo. Eso sí, quienes lo hacen pueden multiplicar por cuatro o cinco la rentabilidad media del mercado.
A modo de ejemplo, la rentabilidad histórica del S&P 500 es de en torno al 8,2%, pero hay fondos que invierten en acciones americanas que logran rentabilidades anualizadas cercanas al 15% en periodos de tres años, por ejemplo.
Esta rentabilidad es una de las grandes diferencias entre los dos modelos de gestión. Con la inversión pasiva la rentabilidad está limitada a lo que haga el mercado, mientras que con la inversión activa no existen límites.
Comisiones: más equipo, más comisiones
Las comisiones son otro punto diferenciador. Un fondo de gestión activa necesita un equipo de profesionales que analice el mercado, un fondo indexado no. Eso se traduce en comisiones más reducidas por parte de los fondos de gestión pasiva, lo que reduce los gastos de la inversión en general, y ayuda a conseguir mejores resultados a largo plazo.
Diversificación
Tanto los fondos de inversión activa como los de inversión pasiva pueden estar muy diversificados. Sin embargo, es más asequible conseguir una diversificación mayor con un fondo indexado.
La razón es que hay índices como el MSCI World ACWI, que directamente replican la economía mundial con casi 3.000 compañías de 23 países desarrollados y 27 emergentes. Ningún fondo de inversión activo global es capaz de ofrecer ese grado de diversificación.
Sencillez
Tanto fondos de inversión activos como indexados son una de las formas más sencillas de invertir en bolsa sin comprar acciones.
Sin embargo, crear tu propia cartera de fondos indexados es algo más simple que hacerla con fondos de inversión activos en términos de elegir en qué productos invertir, y el assett allocation o distribución de activos.
Esta distribución de activos es lo que marca el riesgo que asumes al invertir, y es algo que evoluciona con la edad. Los fondos indexados permiten una distribución más sencilla de estos activos por región y sectores.
Horizonte temporal
La inversión pasiva tiene una clara vocación de largo plazo. De hecho, donde de verdad funciona es con un horizonte de inversión superior a los 10 años.
Mientras, los fondos activos pueden recomendar mantener la inversión durante 5 años en función de su estilo de inversión, pero a la hora de la verdad el plazo no siempre es tan importante en ese caso.
Gestión activa o pasiva ¿Cuál es mejor para ti?
La respuesta a esta pregunta no es absoluta y depende de tus circunstancias y de tus gustos. Al final, cuando se trata de inversión no hay una opción buena y otra mala, sino una adecuada a tus necesidades, prioridades y etapa financiera.
En este sentido, los fondos indexados son para personas que invierten a largo plazo. Si no es tu caso, los fondos activos puede que sean una mejor solución. A partir de ahí, todo es cuestión del estilo de gestión que más cuadre contigo.
En cualquier caso, tampoco se trata de una elección excluyente. Inversión pasiva e inversión activa son totalmente compatible. Es posible invertir en fondos indexados y mantener en tu cartera fondos activos de gestores que te gustan, o para sectores determinados; igual que puedes tener una parte de tu cartera en fondos y otra en acciones que tú mismo gestiones.
Al final, la inversión no es una ciencia y todos los estilos pueden combinarse.