Basta con contar con un móvil en el que se guarde información relativa al negocio, clientes, cuentas, proveedores… Esa suele ser la principal vía de entrada para las infecciones de equipos, accesos no autorizados, fraudes, bloqueo de sistemas, secuestros, publicación de datos…
Pequeños negocios arruinados
En seis de cada diez casos, un ataque de este tipo hace que un pequeño negocio no pueda recuperarse. El coste medio que una pyme ha de dedicar a recuperarse tras haber sido víctima de estos piratas puede llegar a los 80.000 euros. Por ello, resulta aún paradójico que muchas pymes tengan un seguro de responsabilidad civil o de daños para proteger su patrimonio frente a siniestros y no se hayan planteado cubrirse frente a los ciberataques. Además, este tipo de ataques no ha hecho sino empeorar durante el periodo de confinamiento (más teletrabajo desde casa con equipos no siempre protegidos, más intercambio de información a través de la red, etc.).
Cómo actúan los seguros
Los ciberseguros intervienen desde el primer momento y ponen a disposición del asegurado un servicio de expertos informáticos para solucionar el incidente (acceden a los sistemas, recuperan datos y eliminan software malicioso, entre otras acciones). Si el ataque ha producido daños a terceros (clientes y proveedores, por ejemplo) el ciberseguro también responderá, así como por la pérdida de ingresos que se haya podido sufrir durante el ataque.
Además de la parte técnica, las aseguradoras también ponen en marcha la cuestión jurídica y legal: cuando se produce una fuga de información sobre terceros, esta debe comunicarse a la Agencia de Protección de Datos en un plazo máximo de 72 horas, de lo contrario el pequeño empresario podría tener que afrontar, además, sanciones.
Por último, para ayudarte a identificar los ataques que circulan por Internet, te aconsejamos que consultes la web del INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad).